Rituales vanos




Santa Rosa de Lima, virgen, Patrona de América Latina

Para el día de hoy (30/08/15): .

Evangelio según San Mateo 7, 1-8. 14-15. 21-23




El conflicto basal entre Jesús de Nazareth y quienes detentaban la ortodoxia oficial era tan profundo y enconado, que envían desde Jerusalem a la periférica Galilea a un grupo de escribas y fariseos -se presume que expertos en lo suyo- para observar detenidamente al Maestro y sus discípulos. La intención es clara: se trata de encontrar motivos de reproche, infracción y condena respecto de lo que hacen y dicen, lo que viven y enseñan.

Cuando se trata de cuestiones así, cuando el detector de heterodoxias y enemigos está encendido, siempre alarma con señales positivas. En cierto modo, si no fuera por la misericordia de Dios, todos somos camellos imposibles esforzados por pasar por sendos ojos de agujas. Pero además, el detector suele fallar, pues su combustible no es precisamente la verdad, y posee una notoria falla, que es el reconocer al hermano, al prójimo. A veces es necesario apagarlo, y permitir que la Gracia nos encienda.

En la lectura del Evangelio para este domingo, el conflicto se focaliza en las abluciones que, por Ley mosaica, debían de practicar los varones judíos, así como también la preparación de los utensilios de cocina y las camas. Esos recién llegados de Jerusalem se constituyen como un tribunal inquisitorial volante cuyo afán es netamente condenatorio y que no es servidor de la verdad.
Así, airados, reclaman que se cumplan estrictamente, al dedillo, esas prescripciones establecidas hace siglos.

La reacción del Maestro posee la extraña fuerza de la profecía, que puede ser violenta para las mentes que se quedan en la superficie, en lo episódico, fenomenológico. Las cosas hay que decirlas sin ambages, con claridad, sin máscaras; hipocresía significa, literalmente, responder con máscaras.

El afán purista de esos hombres ha acotado la trascendencia del ritual: el ritual es importante en tanto que signo, señal, medio simbólico de trascendencia. Pero ellos han llevado su talante a sentidos finalísticos, es decir, han convertido a los rituales en fine en sí mismos y con ello pretendían determinar el ámbito de lo profano y lo sagrado.
Pero es Dios quien otorga todos los sentidos, es Dios con su presencia quien hace sagrados ámbitos, cosas y especialmente personas. Y el Dios de Jesús de Nazareth es un Dios que se encarna, que se hace tiempo, historia, vecino, Hijo amado.

Pureza o impureza no son victorias o derrotas que se conquistan mediante rituales vanos. Pureza o impureza se arraigan en las honduras de los corazones, y tal vez sólo se decidan por la aceptación o el rechazo que haga la humanidad del amor de Dios ofrecido generoso, inmenso, incondicional para la Salvación.

Por ello el culto primero es la compasión.

Paz y Bien

0 comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba