El paso del afecto al amor pleno

Para el día de hoy (10/06/11):
Evangelio según San Juan 21, 15-19

(Mucho se ha escrito y reflexionado acerca de este diálogo entre el Maestro y Pedro, especialmente en las consecuencias respecto a la pastoral. Sin lugar a dudas, es determinante y es signo de que todo poder y liderazgo en la Iglesia sólo es aceptable desde el amor y el servicio.

Desde estas pobres líneas, la intención es detenernos por un momento en un aspecto, y es en la insistencia conque el Maestro inquiere a Pedro acerca del amor.
No lo reconviene por sus negaciones mientras Él se encontraba preso en manos de Anás y los suyos, no le recrimina el haberlo dejado solo, no investiga acerca de sus dotes de liderazgo sobre los otros discípulos, no, nada de eso.
Le hace la pregunta raigal, una pregunta que se traslada a cada uno de nosotros, y que es el fundamento de la existencia: nuestra capacidad de amar.
Es claro, Pedro se desestabiliza y entristece pues aún debe vivir en las honduras de su alma su propia Pascua, su paso personal de liberación.

Porque el amor implica salir de sí mismo e ir al encuentro del otro, despojados de todo otro interés que no sea el bien y la plenitud del próximo/prójimo, y con el horizonte de ser capaces de morir para que otro viva.
Pedro, como muchos de nosotros, se ha quedado en el plano de los afectos, del cariño que siente por Jesús pero debe dar un salto trascendente que no es sencillo.

Por eso, cuando meditamos acerca del amor tal como lo entiende y lo vivió Jesús, se nos caerán los disfraces de romanticismo banal y de sentimientos pasajeros, y se abrirán las aguas bravas de la comodidad y la rutina, revelándonos en el horizonte la tierra prometida de la liberación y de la vida.

Está en nosotros dar ese paso, vivir esa Pascua de la servidumbre al servicio, con Él, por Él y en Él.)

Paz y Bien

2 comentarios:

luccaldo dijo...

Tal como dice la canción:
Tres cosas tiene el amor,
que no se pueden olvidar:
que Dios nos amó primero,
que hay que darse por entero
y luego a caminar

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Bienvenido, Luccaldo, y gracias por tus palabras.
Es muy cierto y es también quizás algo pendiente para muchos de nosotros, aquello de que Él tiene las primacías, Él da siempre el primer paso y constantemente sale a nuestro encuentro.
Paz y Bien
Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba