Para el día de hoy (16/07/09):
Evangelio según San Mateo 11, 28-30
(El yugo es el instrumento que se utiliza para guiar unidos a los animales de carga y arado -specialmente caballos y bueyes- junto con las riendas.
Se lo coloca alrededor del cuello del animal: cuanto mayor es la carga que porte, mayor fuerza y presión ha de ejercer el yugo a fin de que no tuerza el rumbo, que no se salga del camino.
Nosotros solemos llevar cargas gravosas, pesadísimas, intolerables.
Cargas que nos hacen perder el rumbo.
Pero el Señor no nos cree bestias, por eso nos invita a ponernos Su yugo.
¡Magnífica paradoja -para el mundo especialmente- ésta, la del yugo del Maestro!; cuanto más leve y suave es, más ligera e imperceptible se nos vuelve la carga.
No sólo tenemos la certidumbre absoluta de la compañía constante de un Dios que es ante todo Padre -¡Abbá!-, sino que a la vez Jesús es alivio y descanso en el agobio y la aflicción, remanso transparente en el torbellino de dolor de vidas maceradas de olvido.
Se trata de la Gracia, señores.
Y la Gracia es gratuidad -se nos dá sin pedir nada a cambio, pura cuestión de Amor-
Y la Gracia es abundancia -no es "tómese un comprimido de gracia tres veces al día, la dosis necesaria para curarse...no se olvide que Cristo sana..."-
La Gracia se ha derramado, abundante y sin límites sobre todos y cada uno de nosotros.
La Vida plena está allí, al alcance del corazón)
Paz y Bien
EL VERDADERO CULTO
Hace 1 hora.
2 comentarios:
Leyendo tu reflexión, amigo Ricardo, siento que las personas que se entregan a la muerte y se rinden a su sometimiento no conocen a JESÚS ni al querido escucharle. Me refiero al caso de Downes y Joan, dos personas de vida relevante y bien establecida que, al caducar su vida, porque así ellas lo han querido, han elegido el acabarla antes del tiempo que la propia vida les había determinado.
El sufrimiento, injertado en JESÚS, es suave y leve; se torna gozo y misterio, pero se supera y se transforma; es el ejemplo de tantos martires que nos lo atestiguan con sus vidas. Todo consiste en tener fe y esperanza que así es, pues JESÚS soporto su yugo y con ello redimió y suavizó el nuestro. Indudablemente que es la mejor y única opción de salvación.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Salvador, he leído el caso que mencionas... Un espanto más de este mundo que sigue eligiendo la muerte. Y yo, particularmente en este último mes -algo te he contado- he redescubierto a duras penas lo que es llevar su leve carga, y ver lo terrible de las cargas que se nos imponen, o a las que dejamos espacio.
Todo lo podemos en Aquel que nos conforta.
Gracias hermano. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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