Para el día de hoy (06/07/09):
Evangelio según San Mateo 9, 18-26
(Dos mujeres tocadas por la exclusión: una por la sangre, otra por la muerte.
Las dos condenadas de antemano por la comunidad, en base a estatutos y normativas falaces que esclavizan a las personas.
Pero el Señor anuncia que el Reino de Dios ya está entre nosotros, muy pero muy cerca. Y ello significa que nadie debe quedar fuera, todos son llamados.
Con palabras poderosas en Amor, Jesús abre el camino que la mezquindad del hombre había clausurado.
-¡Ánimo!- le dice a la mujer que sufría hemorragias desde hacía varios años, y por lo cual era considerada impura.
El Señor rescata a la mujer desde la fé y desde su ternura entrañable; ante todo la anima a no decaer, la llama "hija", la invita a caminar, a poner el alma en pié.
-¡No está muerta, está dormida!- les dice a los que se empecinaban en afirmar que la muerte era un obstáculo insalvable. Por eso toma la mano de la muchacha, y ésta se levantó.
Todo para el Maestro tiene un caracter personal.
Él nos dice a nosotros con voz fuerte -¡Ánimo! ¡No están muertos, están dormidos!- y nos levanta del letargo de la miseria, de la mezquindad y de la muerte que el mundo nos afirma a cada paso.)
Paz y Bien
EL VERDADERO CULTO
Hace 1 hora.
6 comentarios:
Pero hay que recordar que tenemos que ir hacia Él con la misma fe con la que fue la hemorroisa y el padre de la niña: estamos dormidos, cierto, pero la fe puede levantarnos.
Dios tiene debilidad por el hombre: sólo basta que le pidamos con fe, siempre que sea para nuestro bien, para nuestro crecimiento, siempre nos escucha. (Sólo que nosotros vamos muy aprisa y corriendo y queremos que Él vaya así también)
Beistos y bendiciones.
Gracias a Dios, El cree en nosotros aunque nosotros muchas veces lo negamos...
Paz y bien.
JESÚS nos ilumina con la Gracia actúal. Son ráfagas de luz que nos iluminan y clarifican el entendimiento y nos hace ver que el camino es de muerte, pero una muerte vencida, sometida y condenada a vivir en la luz, sí optamos por ello. Por eso, nos lo demuestra, ora sanando, ora resucitando: ¡La muerte está vencida!
Nos queda camino que recorrer, ora sufriendo, ora aceptando, ora alegres, pero todo en gozo y confianza de que estamos salvados y resucitado, como la mujer que sufría hemorragias, o la niña que había muerto.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
No hay otra manera, querida Marisela: el camino de la fé, del corazón que se confía al Padre como un niño pequeño; y es muy pero muy cierto lo que planteas acerca de nuestros tiempos y los de Dios.
Vamos demasiado rápido, perdemos el rumbo y para colmo de males, perdemos de vista lo que debemos ver. Un afectuoso saludo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Marcos, lo que decís tiene la contundencia y la sencillez de la verdad:¡Él cree en nosotros!, nada más ni nada menos, aún cuando nos solemos olvidar de su presencia (¡Qué tema para rumiar, che!) Un abrazo grande. Paz y Bien. Ricardo
Gracias Salvador, amigo y hermano, porque tus palabras dan sentido y valor a estas escasas reflexiones. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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