Padre Obispo Enrique Angelelli - a 34 años de su siembra

Debería ser un día de duelo y tristeza, con algo de rencor por la impunidad vigente hasta el día de hoy.
Pero no es así.
Un 4 de agosto de 1976, las aves negras del odio tomaron por asalto la vida de un hombre santo, el padre Obispo Enrique Angelelli.
Como su Maestro, él también era un buen pastor, siempre dispuesto a dar la vida por sus ovejas.

Hoy lo recordamos con la serena alegría de saber que uno de los nuestros está vivo para siempre en los brazos del Dios de la Vida, y continúa protegiendo a su pueblo, especialmente a los necesitados, los pobres, los niños, los trabajadores, los excluidos, un oído escuchando la voz de Dios que clama en su pueblo y el otro puesto en la Palabra de Vida y Palabra Viva.

Es día de siembra y oración; no podemos dejar paso a lo lúgubre y a lo luctuoso cuando todo está teñido con el mismo amor de Jesús.

Lo recordamos, y recordamos también a Fr.Carlos de Dios Murias ofm, al padre Gabriel Longueville y a nuestro hermano Wenceslao Pedernera.

Con ellos, hermano obispo, querido Pelado, se mantiene viva tu luz que es la luz del Evangelio en medio de tantas sombras, y sin pensarlo demasiado, tenemos la certeza de que no hay mayor amor que dar la vida para que otros vivan.

Ruega con nosotros, ruega por nosotros.

Paz y Bien

Ricardo

2 comentarios:

Augusto dijo...

"Es inmoral la represión que atenta contra el legítimo y verdadero uso de la libertad(...)
Es inmoral la mentira institucionalizada (...)
Es inmoral el que siembra odio y división (...)
Es inmoral el que pervierte los medios de comunicación social para lograr más lucro, para corromper o dominar y no los usa para ser servidor de la verdad (...)
Es inmoral sofocar la vida de un pueblo con monopolios fríos e inhumanos."

Son fragmentos de la Carta Pastoral de Cuaresma de 1972 de Mons. Enrique Angelelli. Me sorprende la actualidad de su mensaje. Si hoy es un día "de siembra y oración", que la memoria de este profeta y mártir de su pueblo nos vuelva el alma hacia el Cristo que dió la vida por Amor a sus amigos, y no dudemos en salir al mundo a sembrar semillas de Vida ante tanto mensaje de odio, ante tantas voces que sólo por tener poder corrompen la verdad, ante quienes pretenden oponer a la violencia más violencia, ante los discursos únicos que no quieren esuchar y tampoco dejan hablar, ante un pueblo sofocado que quiere y merece ser protagonista de su propia Historia.

"Para servir, hay que tener un oído atento al Evangelio y el otro en el pueblo."

Un abrazo grande, y ojalá podamos abrir los oídos, los ojos, el corazón y las manos, y así este hermano obispo y sus sacerdotes no hayan dado su vida en vano.

Augusto.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Augusto, yo creo que a pesar de lo espantoso y lo trágico, ninguna vida se dá en vano cuando se dona por amor, cuando se hace ofrenda para que el otro viva; así ellos, con todo lo que nos duela, no sólo siguen vivos en el recuerdo -porque no basta-: ellos portaron la antorcha de la luz del Reino por la liberación del pueblo, y ahora es tiempo de que nosotros la llevemos, humildemente, desde nuestra pequeñez y con nuestras miserias... somos todos esclavos de la Misericordia infinita.
Y siempre, indefectiblemente, con firme fidelidad, escuchando la voz de Dios en el pueblo y en la Palabra.
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

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