Nada será igual


Para el día de hoy (30/11/09):
Evangelio según San Mateo 4, 18-22

(Qué cosa extraña, tiene un persistente perfume a misterio...

Jesús camina por la periferia mirando y viendo a la mujer y al hombre en su singularidad, sabedor de sus nombres e identidades, sumergiéndose en las profundidades de nuestras vidas y nuestra cotidianeidad.

-tal vez nos hemos intoxicado la mente con tanto anuncio rimbombante, con tanto hecho espectacular propalado por los medios, cuando en realidad la verdadera espectacularidad, el increíble milagro sucede cuando el Dios de la Vida se aparece en mi vida diaria y me llama...-

Jesús no hizo un llamamiento masivo, ni ha montado un show multitudinario con una amplísima difusión...
El Maestro iba caminando por la orilla del mar, y vió a Simón Pedro y a su hermano Andrés inmersos en su trabajo de pescadores.
Los invita a seguirlo, los hará pescadores en una tarea mucho más importante: recoger en la red de la Misericordia a tantos pequeños peces perdidos, sus hijas e hijos dispersos y a la deriva.
Luego hará lo mismo con los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan -hombres de pasiones y caracteres fuertes, que por tal perfil serán conocidos como "hijos del trueno-.

Simón Pedro y Andrés, Santiago y Juan tienen frente al llamado del Señor una respuesta unívoca: dejan todo, absolutamente todo, y lo siguen.

Ya nada será igual porque ha llegado el Señor y se ha hecho presente en sus vidas, y nada será igual cuando se hace presente en nuestras vidas, en el silencio aparente de todos los días.

Ya nada será igual para la humanidad en su larga noche: viene el sol invicto, viene del Dios de la Vida al rescate de sus hijas e hijos haciéndose uno de ellos, un Niño frágil en brazos de su Madre, un Dios que se hace Niño para que la vida de cada Niño sea tan valiosa como Dios mismo)

Paz y Bien

Con la cabeza en alto, mirando al cielo

Para el día de hoy (29/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 25-28.34-36

(Nuestra vida se mece entre dos advenimientos de igual significado: que Dios nos quiere y estuvo, está y estará dispuesto a todo con tal de que ninguno se pierda.

Esos advenimientos -advientos- implican la confianza en la certeza de que Dios cumple sus promesas, de que es fiel hasta las últimas consecuencias a las palabras que empeña por nosotros.

Hoy comienza un advenimiento, el adviento que es tiempo profundo de espera activa, es decir, de esperanza.

Como esos magos venidos de lejos, hay que ir levantando cabeza y mirando las señales que nos regala el cielo.
Nunca le ha de faltar una estrella a quien se nutre de esperanza, por más noche cerrada que amenace con su violencia y sus miedos, por más calamidades que ennegrecen a todo lo que sobrevenga.

A no tener miedo y a no desfallecer, a pesar de todo y de todos: en cada respirar, hay un signo del afecto y la ternura entrañables de ese Dios que de continuo vá enviándonos estrellas para no perder el rumbo, estrellas amigas que nos conducen a la liberación que viene llegando: Jesús, hermano y Señor nuestro.

El Reino de Dios por matices el ser inesperado, el ser contradicción para la lógica de este mundo... y el ser inconveniente.

Inesperado, pues tenemos la certeza de su venida como la tuvieron quienes en la historia nos han precedido... Venía la liberación, venía el Salvador, vendrá la liberación definitiva, volverá el Señor, más nadie sabe el momento preciso: es imperioso estar atentos y no marearnos con la cosa perecedera y cotidiana.

Contradicción para el mundo: el Mesías nacería de una mínima y joven mujercita galilea, en un corral rodeado de animales de campo y honrado por pastores de ovejas. Su infinito poder se expresaría en entregarse voluntaria y amorosamente a la muerte en aparente derrota en la cruz... Y en una tumba inhabitada, y más, siempre más. Nos ha dejado su Espíritu sosteniéndonos y realizando aquí y ahora su Reino que es juticia, paz y liberación, en la espera de su regreso definitivo.

Y es muy inconveniente...para los poderosos de este mundo, para los que se afirman en su propio poder, para los que cimentan pequeños y grandes imperios en el egoísmo. Implica el grave peligro de hacer todo por donación, por gratuidad, sin buscar otra recompensa que seguir los pasos del Maestro dando la vida por el hermano.

Hubo, hay y habrá señales en el cielo de que viene, de que está, de que volverá, advenimiento del Dios hecho hombre, Dios Niño frágil en brazos de su Madre y advenimiento del Resucitado que está regresando... y todo por vos y yo, por tí, por ella, por él, por nosotros.

Hay que levantar la cabeza: llega nuestra liberación, y por brutales que puedan parecer los males que nos acosen, nada ni nadie nos puede quitar la unción y la dignidad imperecederas: ser hijos de Dios.)

Paz y Bien




Fruto nuevo de tu cielo


(No se puede andar en la oscuridad, viviendo sin la luz del Espíritu de Jesús...Por eso el compartir hoy esta maravillosa canción de un grupo de música de estas latitudes llamado Metanoia -conversión- que recomiendo escuchar, aprender y compartir. Paz y Bien. Ricardo)

FRUTO NUEVO DE TU CIELO

Sopla Señor te lo pido, quédate esta noche en mi alma
Pues solo tu amor y abrigo, me dará consuelo y calma.
Sopla Señor sopla fuerte, envolveme con tu brisa
Y en tu Espíritu renovame, hazme libre en tu sonrisa.
A pesar de mis caídas, hazme fiel a tus promesas.
Sopla Señor en mi vida, y arrancame esta tristeza.

Sopla, sopla Señor tu grandeza, sopla
Hazme fiel en mi pobreza, sopla.

Sopla Señor en mi oído, sopla fuerte arranca el miedo
Pues sin Ti me hallo perdido, sin tu luz me encuentro ciego.
Sopla Señor y hazte viento, y bautízame en tu nombre
Llámame a servir Maestro, hazme fiel entre los hombres.
Toma mi vida en tus manos, mis sueños mi amor, mi todo
Mi cansancio, mis pecado y moldéame a tu modo.

Sopla, y bautízame en tu brisa, sopla
renovame en tu sonrisa, sopla.

Sopla Señor tu caricia, y sobre mis sentimientos
Que sea el Ángel de Tú Misa, quien obre en todo momento.
Sopla Señor y hazte canto, pon tu palabra en mis manos
En ellas tu providencia y bendice a mis hermanos.
Quiero ser de tu árbol rama, fruto nuevo de tu cielo
Que madura en tu palabra, como un ave en pleno vuelo.

Sopla, sopla, sopla Señor, sopla
Sopla, sopla, sopla Señor, sopla
Sopla, sopla, sopla Señor, sopla
Sopla, sopla, sopla Señor, sopla

Martín Duarte

aquí la podemos escuchar:

Despiertos y orantes


Para el día de hoy (28/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 34-36

(Son malos días, y la espera es larga.
A veces, parece que la espera acorta la esperanza.

Hay muchos para los que la vida es un calvario perpetuo ya desde el vientre materno, tanta es la injusticia instaurada, tanto el dolor implacable aceptado como normal y corriente, tantas las miradas que intencionadamente tuercen a paisajes más agradables que el que muestra al hermano sumido en la miseria.

Hay otros que por la rutina diaria, las preocupaciones por la supervivencia y el enfocarse en lo que perece, se embotan y embriagan de imágenes falsas, envenenados con las toxinas que alegremente propalan los medios de comunicación.

Aún así, inmersos en el dolor y la miseria o agobiados de excesos de rutina y torpes continuidades de cosas perecederas, Jesús viene a recordarnos que Él está, estuvo y estará.

Y más todavía: regresará.

Por eso, aunque por diversas circunstancias nos hayamos vuelto incapaces de verlo, el universo y la historia se encaminan hacia Él.

Frente a ello, qué hacer?

La respuesta del Maestro debe resonar constantemente en nosotros: estar despiertos a toda somnolencia de injusticia habitual que se opone al Reino.
Y ese estado de vigilia sólo se sostiene con la oración constante, pertinaz, cotidiana, incansable.

Se nos ha dado un poder inimaginable, y pretendemos menoscabarlo cuando lo dejamos de lado.

La oración nos sostiene sin desmayo para la vida en el Espíritu del Resucitado, que es comunión con Dios y con los hermanos, especialmente con los más pobres y excluídos, bien despiertos y atentos a las cosas del Reino y a su regreso, haciéndolo presente con la solidaridad, la entrega, el sacrificio, el testimonio: el amor)

Paz y Bien

El fin del persistente invierno

Para el día de hoy (27/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 29-33

(La llegada del invierno trae consecuencias obvias: una disminución importante de la cantidad de alimentos disponibles, el agua para beber está oculta por una capa de hielo, temperaturas muy bajas, falta de calor.
Algunos quizás conozcan bien esto último: en varias latitudes, está siempre presente el riesgo de la exposición a las bajas temperaturas y la hipotermia corporal consecuente puede tener un desenlace fatal: uno se vá adormeciendo poco a poco hasta morir...

Palabra de Jesús: va a cesar el persistente invierno de la humanidad, y hay que estar atentos a los signos que avisan la llegada del verano.

Se terminará la larga noche de tantas mujeres y hombres sobrantes de la vida edificada para unos pocos, el invierno del hambre y la sed de la solidaridad.
Y muchos también se despertarán del letargo mortal, de ese frío que se apodera poco a poco de tu alma y contra el que no suele hacerse nada, porque dá una falsa sensación de comodidad y porque todo movimiento, todo migrar del alma implica ciertos dolores por lo que se deja atrás...

Se alteraá el cosmos, podrá parecer que la tierra desaparece, pero la Palabra de Jesús persistirá, no pasará jamás.
Al contrario de ciertas modas, a pesar de los efectos invernaderos en nuestras almas, Su Palabra no pasará.

Él está y vá con nosotros, y regresará, a no desesperar)

Está llegando nuestra liberación

Para el día de hoy (26/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 20-28

(Suceden cosas terribles.
Guerras y destrucción, pueblos asolados, millones de esclavos, derrumbe de certezas y aniquilación de cosas consideradas sagradas por sí mismas y no por el Santo, Dios nuestro Padre.

Será tiempo de huidas... Más no tanto de escapar del sitio de ejércitos poderosos, como más bien el despegarse de todo lo terrenal y perecedero, huir de toda seguridad fraguada.
Nuestro auxilio es el Nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.

La naturaleza se expresará con el mar rugiente y la tierra cimbreante.
El cosmos también exhibirá sus señales de danzas estelares.

Todos estos signos leídos desde un plano temporal son causa de angustia, pavor y temor, y se puede sucumbir a ellos con facilidad.

Pero está la voz del Maestro que nos anima a no desfallecer, a permanecer firmes en la esperanza.
Si miramos y vemos con sus ojos, no serán tiempos de horror y tristeza, sino más bien tiempos de levantar cabeza y enderezar el ánimo... Luego de la tormenta, sale el sol.
Está llegando nuestra liberación definitiva, Él está volviendo para nuestra salvación y plenitud definitivas.

Será cuestión de ir preparando Su Regreso, sembrando esperanza y oponiendo luces de caridad a tanta desdicha, para que brille el sol de Su justicia en medio de tanta desolación)

Paz y Bien

Testigos en la esperanza

Para el día de hoy (25/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 12-19

(Desde la Resurrección de Jesús hasta su regreso, cuando se consume la historia, su familia -sus discípulos- han de atravesar por momentos muy difíciles y hasta graves.
El Señor nos vá avisando: serán tiempos no exentos de persecuciones, juicios, cárcel y violencias que pueden llevar hasta la muerte.

Aún con esta perspectiva ominosa, nos anima y alienta a no temer.
Él, que ha sido el servidor de todos y el Testigo por excelencia de su Padre, Padre Nuestro, nos impulsa y dá fuerzas para no ceder al miedo y al desaliento.
Hasta cuando que haya que alegar acerca de las cosas del Reino, su Espíritu hablará por nosotros.

Nuestra historia no carece de sucesos así, pues la raíz primordial del término mártir es precisamente ésa, testigo, lámpara encendida que ilumina la noche de la humanidad, la oscuridad del mundo...

Servidores y testigos fieles de su Palabra y de su Amor, con los pies firmes en su esperanza, aliento de su Vida que no caduca)

Paz y Bien

De lo que cae por su propio peso

Para el día de hoy (24/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 5-9

(El Templo de Jerusalem era tenido como lo más sagrado; muchos estaban admirados de su construcción y de la belleza y la pompa que exhibía.
Sin embargo, el Señor previene que en un día no muy lejano, nada de lo admirado quedaría en pié.

-en efecto, cerca del año 70 las tropas imperiales romanas de Vespasiano y Tito, luego de un extenso asedio, conquistarían Jerusalem y destruirían el Templo-

Y el Maestro también pone en guardia a los ansiosos discípulos acerca de los que anunciarían fines espantosos en su Nombre: a ellos no hay que escucharlos.

No hay que tener miedo, no hay que alarmarse aún cuando haya estruendo de guerras y cataclismos, pues el final no implica terror...Será un día de alegría, plenitud y Gracia.

Y es bueno preguntarse y rogar acerca de ese templo importante que somos nosotros mismos, templo vivo del Dios que viene a morar en nuestro corazón.
Rogar para que todo lo que no es vida, lo que no es sagrado, lo que no es habitado por el Altísimo, sea derrumbado y caiga por su propio peso... Constituímos muchas cosas como de una sacralidad insustituíble, pero nos olvidamos del Dios que las hace tales...

Todo ese peso inútil y malsano que nos impide volar a los brazos del Padre.)

Paz y Bien

Los pequeños gestos del Reino

Para el día de hoy (23/11/09):
Evangelio según San Lucas 21, 1-4

(Nos hemos olvidado de ver las cosas más pequeñas, hemos perdido el gusto por lo más sencillo.
Nos mueve y conmueve lo estridente, ampuloso y aparentemente práctico, mientras que los mínimos gestos verdaderos no nos hacen mella.

El Reino de Dios está presente entre nosotros y escondido, pero puede encontrarse en esos gestos pequeños.

Gestos como el de la viuda -que, sin dudarlo nos dice el Señor- son eficaces: implican el despojamiento voluntario de la existencia para que otro viva.

¿Contará más la importancia numérica o más bien la gratuidad de la entrega, por mínima que parezca?

El Maestro saber ver y saborear estos gestos pequeños, y nos invita a encarnar la generosidad de la viuda, a hacernos ricos en hechos de lo que se entrega.
Pues lo que se entrega para el bien del otro, gratuitamente y sin condiciones, es lo que verdaderamente nos pertenece.

Esos gestos pequeños son los que hacen presente aquí y ahora tu Reino)

Paz y Bien

No, Señor, tu Reino no es de este mundo

Jesucristo, Rey del Universo

Para el día de hoy (22/11/09):

Evangelio según San Juan 18, 33-37

(No, Señor, tu Reino no es de este mundo.

Un mundo que rinde culto y devoción al dinero que se acumula en cantidades descomunales para unos pocos, y cultiva con paciencia y dedicación a multitudes de esclavos.
Sin embargo, para vos la que más ha dado es la viuda pobre, con sus dos moneditas, y es preciso hacer acumulación de actos de desprendimiento.

No, Señor, tu Reino no es de este mundo.

Un mundo que sabe de la exclusividad de los poderosos, de las cortes de personajes importantes que se difunden por los medios.
Sin embargo, tu corte real está compuesta por marginados y marginales, gustas sentar a tu mesa a los despreciados del lugar, a los ignorados, la los que nadie considera.

No, Señor, tu Reino no es de este mundo.

Un mundo que que confía en la fuerza de sus ejércitos, en el poder de sus armas, en la aniquilación de sus enemigos.
Sin embargo, en tu Reino no hay mayor poder que el de la Cruz, el del sacrificio, el de la entrega.

No, Señor, tu Reino no es de este mundo.

Un mundo que divide las aguas entre ganadores y perdedores, que se apasiona por el éxito y sólo el éxito y el score.
Sin embargo, tu mayor victoria implica una derrota de espanto y una tumba vacía.

No, Señor, tu Reino no es de este mundo.

Un mundo atado a la pompa y al boato, a las coronas de joyas, a la pertenencia exclusiva de algunos, que construye Iglesias estratificadas en el poder, para unos pocos.
Sin embargo, tu corona sólo tiene espinas, y a los tuyos no los llamas fieles sino amigos y familia.
Tu Reino no es de unos pocos, no tenés otro pasaporte que el de la caridad, tu justicia no se delimita en cortes tribunalicias sino en anteponer el bien del otro al propio egoísmo, en tu Reino los pobres no son tales sino los primeros, y para colmo, los llamas felices.

No, Señor, tu Reino no es de este mundo, y te rogamos que tu Reino siga viniendo porque yá está entre nosotros.
Vá creciendo en silencio, desde abajo y muy callado, con la certeza de la semilla, con la seguridad de la levadura.

Señor, que a tu Reino del más allá lo hagamos presente en el más acá tal y como vos querías.
Señor, vení a reinar en nuestras almas.
Amén)

Paz y Bien

Santo - Misa Popular Salvadoreña


(San Agustín enseña que cantar es orar dos veces.
En ese espíritu de alabanza y esperanza, cantamos y oramos con las hermanas y hermanos de El Salvador, luego de la tragedia ocurrida.
Cantamos y oramos por las vidas que se perdieron, por los que se quedaron sin hogar, por los que sumaron la tragedia a su pobreza, por los que han perdido un ser querido, por los sobrevivientes y por todos los corazones empeñados en la reconstrucción de lo que se ha derrumbado, y desde la esperanza de que otra vida es posible.
Desde el sur del continente, junto con el padre Enrique Baregó clamamos al Dios de la Vida: sólo la solidaridad y la comunión nos pueden mantener en pié y en dignidad.
Lo hacemos con el Santo perteneciente a la Misa Popular Salvadoreña, grabado hacia fines de los '70 por el grupo Yolocamba I Ta.
Fraternalmente en Resucitado caminante con los anawin, el Cristo que camina con los más pobres.
Paz y Bien
Ricardo)

SANTO

Santo, Santo, Santo, Santo,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Señor de toda la tierra,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Santo, Santo, Santo, Santo,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Señor de toda la historia,
Santo, Santo, es nuestro Dios

Que acompaña a nuestro pueblo, Que vive en nuestras luchas,
Del universo entero, El único Señor.
Bendito los que en su nombre, El evangelio anuncian,
La buena y gran noticia De la liberación.

Santo, Santo, Santo, Santo,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Señor de toda la tierra,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Santo, Santo, Santo, Santo,
Santo, Santo, es nuestro Dios.
Señor de toda la historia,
Santo, Santo, es nuestro Dios

Yolocamba I Ta - El Salvador

aquí puede escucharse:

El saludo de un Dios pariente

Presentación de la Santísima Virgen María

Para el día de hoy (21/11/09):

Evangelio según San Mateo 12, 46-50

(Desde hace muchos siglos, se perpetúa en una fiesta la tradición que recuerda la Presentación y Consagración de María Niña a Dios.

Esa misma María a la que un Mensajero de Dios saluda de parte de Dios exclamando -¡Ave! ¡Dios te salve, María!-
No un saludo cualquiera, sino el saludo de un Dios ¡que pide permiso!... De los labios de María pendían el universo y la historia.
Por eso, de su Sí incondicional y confiado sería posible una nueva creación, la Redención de una humanidad hundida e irredenta.

Entonces también el saludo es ¡Ave! y es ¡Eva!

Ese Dios al que María cantó desde su alma de anawin -Magnífico es nuesto Dios-, es el mismo que no atropella, sino que a cada uno de nosotros, mujeres y hombres de este pequeño planeta, nos saluda y nos pide permiso para hacernos bien.
Para salvarnos, para la auténtica liberación, para la vida plena.

Un Dios que aún entregando a su Hijo a la muerte para nuestro rescate, establece indestructibles lazos de parentezco.
No es una figura literaria menor; todo el que hace la voluntad del Padre es madre y padre, hermana y hermano de Jesús.

María, la del Sí que ilumina la noche de la humanidad, es Madre de Jesús gestándolo en su vientre, amamantándolo, criándolo, acompañándolo hasta el horror supremo de verlo morir en la cruz, y más también, siendo testigo de su Resurrección y de la venida de su Espíritu.
También es su madre y su hermana... porque como nadie, se ha despojado de todo para hacerse esclava y servidorea de ese Dios al que amaba y en quien esperaba.

¡Dios te salve, María!
Con Ella, ese Dios pariente nos saluda, Dios te salve, Dios me salve...
Dios nos salve, hermanos míos.)

Paz y Bien

Casa de encuentro y oración

Para el día de hoy (20/11/09):
Evangelio según San Lucas 19, 45-48

(Los poderosos temblaban de rabia y se encendían de odio ante sus palabras.

En cambio, las gentes más sencillas pendían de cada una de sus palabras, necesitados ellos y nosotros de la Misericordia y la Salvación.

El templo, casa sagrada y lugar en común de Dios y del hombre, ha de ser lugar de encuentro y oración... De esa oración que nace del Espíritu que nos hace exclamar ¡Abbá!

Pero el templo se pervierte y se convierte en cueva de ladrones no sólo cuando se tiñe de intereses comerciales, dinerarios.
Es cueva de ladrones cuando se pretenden practicar acuerdos transaccionales con el Altísimo -Dios, dame tal o cual cosa que si la obtengo, te prometo tal otra-, o bien, cuando nos deslizamos a un peligroso pietismo de los méritos que creemos -equivocadamente- se nos van acumulando en el haber de la Salvación.

El templo es casa de oración y encuentro entre el Dios de la Vida, Dios de toda Gracia y Consuelo... Nos dá todo por amor y gratuidad, sin importar tanto nuestras luces y sombras.
Lo que vale e importa es su Infinita Misericordia.

Hay que reconstruir con Jesús tantos templos derribados... desde el templo primero, nuestro corazón)

Paz y Bien

El olvidado camino a la paz


Para el día de hoy (19/11/09):
Evangelio según San Lucas 19, 41-44

(Jesús vá en camino, al encuentro con su Pasión.
Sus sentimientos siempre son profundos, y llegan a la raíz de todo.
Llega a la raíz de Zaqueo y del ciego mendigo, a la raíz de la viuda pobre y del hijo pródigo, a la raíz de la multitud hambrienta y a la raíz de los niños.
Se acerca a Jerusalem.
La vé y llora por ella; sabe lo que le espera -al fin y al cabo, no es un Mesías etéreo desligado del tiempo...es un Dios hecho hombre que derrama lágrimas por su patria y por la Ciudad Santa-.

Sus lágrimas caen raudas por la ciudad que ha de perecer por no comprender el mensaje de paz y rechazar con violencia a su mensajero, Él mismo.

La paz que es hermana de la verdad, la justicia, la memoria y la solidaridad enraizada en el dar con gratuidad, en silencio y sin condiciones.

Su llanto es ahora el nuestro.
Nuestro mundo aborrece la paz... y pretende entender por paz la ausencia de guerra, cuando la violencia se ejerce y practica asiduamente de muchas y variadas maneras.

Hay que llorar, hay que tener sus sentimientos, hay que enraizarse dentro de su corazón.
Y luego, una vez recuperado ese mensaje, construir la paz que se nos regala desde la gratuidad de Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro.
Aún si por ello se tenga que asumir el espanto de la cruz)

Paz y Bien

La devolución al verdadero Dueño


Para el día de hoy (18/11/09):
Evangelio según San Lucas 19, 11-28

(No hay imposibles que nos sean exigidos.

Más lo que realmente tenemos y somos -la vida- nos ha sido entregado por el verdadero Dueño para que produzca, para que dé frutos, de tal modo que cuando el Dueño regrese se le pueda informar con alegría -con lo que me diste, pude producir todo esto...-

¡Cómo nos gustan y cuán dependientes somos de los rótulos y las etiquetas!
No están mal, es parte de nuestra naturaleza social el utilizarlos... más cabe plantearse si todos esos carteles que aferramos -pro, neo, nuevo, anti y tantos otros prefijos que conforman la maraña de máscaras que nos resultan propicias, pero sólo son apariencias- no debe ser ramitas de nuestra autenticidad troncal: ser servidores, humildes y pequeños.

Como en la búsqueda del Reino, todo lo demás viene por añadidura.

Nos sostiene en la esperanza el Espíritu que nos hace producir numerosos beneficios de amor, siendo fieles desde las cosas más pequeñas.

Nuestro Dueño y Señor no es un juez severo, que favorece el miedo y el temor para sujeccionar a sus servidores.

Quizás una de las caras de la felicidad sea devolver acrecentado ese patrimonio que el Dueño de la Vida nos ha cedido gratuitamente, sabiéndonos pequeños servidores fieles)

Paz y Bien

Zaqueo


Para el día de hoy (17/11/09):
Evangelio según San Lucas 19, 1-10

(Zaqueo no las tenía todas a favor, todo lo contrario.
Era jefe de publicanos, es decir, jefe de los recaudadores de impuestos para Roma; recordemos, para sus paisanos los publicanos tenían la misma estatura moral de las prostitutas.
Y si de altura hablamos, Zaqueo era de escasa estatura... Por esos días pasaba Jesús por su ciudad, y movido por la curiosidad y por la fama que precedía al Maestro, trataba por todos los medios de conocerlo.
Sin embargo, la multitud impedía que pudiera verlo; urgido por una rara necesidad, corrió hasta un árbol, y encaramándose, esperó desde allí arriba el paso de Jesús.

Quizás aquí debamos detenernos un momento, y observar no tanto las piruetas que realizaba el pequeño Zaqueo, sino su afán por conocer a Jesús...No le bastaba lo que le habían contado acerca de Él.
Pero afanoso por estar en un buen lugar para verlo cuando pasara, se le adelanta el Señor, y lo vé.

Siempre Dios vá por delante de nuestras ansias...

El Maestro vé en lo profundo de los corazones, y le pide a Zaqueo que se baje pues quiere hospedarse en su casa.
Y este pedido desata la alegría de Zaqueo.
Cuando Cristo quiere venir a habitarnos en nuestra casa-corazón, pide permiso... Y cuando entra, todo se trasnforma, brota la alegría y cambia la vida, muy a pesar de aquellos que puedan pensar que determinados sujetos no son pasibles de conversión.

Para el Dios de la Vida nada es imposible.

Jesús se instala en la casa de Zaqueo, y hay una sola respuesta: una conversión profunda, una fé que responde con hechos concretos y no se queda en la declamación figurativa.
Zaqueo dá la mitad de sus bienes a los pobres y dá su palabra de reparar cualquier injusticia que haya causado.
Ésa, y no otra, es la respuesta auténtica de un alma que ha sido habitada por Jesús y que ha renacido a su justicia.

Señor, ayudanos a bajarnos de estas ramas donde solemos encaramarnos.
Vení a quedarte en casa.
Queremos reparar tanto daño que hemos hecho, queremos vivir tu vida, porque vos nos ves siempre en lo profundo, y rescatás lo bueno que tenemos, por pequeño que parezca.
Amén)

Paz y Bien




Cuando pasa Jesús

Para el día de hoy (16/11/09):
Evangelio según San Lucas 18, 35-43

(Jesús peregrina a Jerusalem; vá al encuentro de su Pasión, obediente a los deseos de su Padre.
Estaba cerca de Jericó: a la vera del camino estaba sentado un ciego pidiendo limosna; con su agudo oído, se dá cuenta que es mucha la gente que está pasando, y pregunta qué sucede.

Le contestan con una frase en apariencia inadvertida, pero maravillosa y crucial: -Pasa Jesús de Nazareth-.

El ciego, que hasta ese momento estaba excluído de todo, y todo lo que podía hacer y esperar era alguna limosna eventual, nada más, se pone de pié y grita bien fuerte: -¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!-

Aún llamándolo con un nombre que no le gustaba porque era incorrecto -hijo de David- clama por Él con tanta fe, que el Maestro lo escucha.
Sin embargo, están los "correctos" de siempre.
Sus gritos incomodan, y lo reprendían para que se callara; a pesar de todo y de ellos, su grito erea cada vez más y más fuerte.

El Señor manda que se lo traigan: no surtió efecto la reprensión de quienes querían acallarlo. Y este Jesús -enseñándole a no quedarse solamente en el clamor- hace lo imprevisto, realiza lo impensado: se pone a su servicio, diciéndole: -¿Qué puedo hacer por tí?-

El ciego entiende, se dá cuenta de que hay que saber porqué se grita, y en voz alta le dice -¡Señor, que yo vea otra vez!-

Y por esa fé desatada en su alma, el ciego recupera la vista; puede ver con sus ojos y puede ver con su alma... Por eso la consecuencia directa de la fuerza transformadora de la fé, de la aparición del Reino en su existencia: enamorado de la vida, al momento siguió a Jesús, sin cesar en su clamor: la súplica de ayer es la alabanza del hoy.

Hoy hay mucha gente tirada a la vera del camino, que desde el dolor y con fé eleva su clamor a Dios.
Y ese clamor trata de ser silenciado, por ser molesto, porque pone al descubierto el desorden inhumano establecido. Hoy claman a voz en grito los pobres, los niños, los enfermos, los migrantes, los desempleados, los sin techo, los aborígenes...

A veces no lo hacen con términos correctos; sin embargo creen más en Jesús que en sus ideas acerca de cómo es el Salvador -y es una pregunta esencial para nosotros-

Y hay que avisarles: -¡Pasa Jesús!-
Y junto a ellos, descubrir con alegría el increíble milagro de un Dios que se hace nuestro servidor, y que frente a la súplica nos dice: ¿Qué puedo hacer por tí?

Jesús está pasando por aquí, y todo se transforma, y nuestras voces suplicantes se convertirán en cánticos de alabanza)

Paz y Bien


Esperamos confiados: tu Palabra no pasará

Para el día de hoy (15/11/09):
Evangelio según San Marcos 13, 24-32

(
A través de la historia -y en nuestros tiempos también- surgen grupos, movimientos, sectas y personas que aperciben a todos anunciando la llegada de calamidades y terror pues llega el fin del mundo.
La consecuencia lógica es apretar los dientes y esperar temerosos, con el alma ensombrecida de miedo, en pleno invierno de la desesperanza.

Pero Jesús nos las certezas que nos permiten hacer pié y no ahogarnos, y siempre cumple lo que promete.

La historia humana llegará un día a su término.

Mas no será un día de espanto; el Maestro nos ha abierto la puerta a la Vida definitiva, y por la cerradura podemos ir espiando lo que ha de venir.
Nos dice el Evangelio acerca de una conmoción cósmica... ¿porqué desde la que se nos ha dado, desde la esperanza que nos sostiene y por el Amor que nos salva, no pensar que el sol y las estrellas que caen, los astros movilizados significan no una catástrofe, sino más bien la ruptura definitiva de esa infinita distancia entre el cielo y la tierra...?

El rostro de Aquél que ahora presentimos y que podemos entrever por la , será por fin visto claramente por todos los que ansiosamente lo esperamos.
Será un día de una gran alegría, imposible de describir.
Será el día en que nos llamará a todos, reunirá junto a Él a todos los dispersos.
Será un día de Gloria.

Y, misteriosamente, nos dice la Palabra que "se verá al Hijo del Hombre venir..."
Será un día de Gloria de Dios y del hombre juntos. La plenitud de los tiempos significará la plenitud de la humanidad.

Con ese horizonte increíble ¿cómo es posible vivir en el invierno de la desesperanza?

Hay que ir construyendo la primavera de su Reino aquí y ahora, pues llega el verano del Señor.
Llega su verano en donde florecerá la vida para siempre.

Y la certeza mayor: la Palabra de Dios es Palabra de Vida y Palabra Viva, y aunque el universo se derrumbe, su Palabra no pasará jamás)

Paz y Bien

Corazón pueblero

A vos el pueblo clama Virgen María,

cuando llora dolor o canta alegría,

y es porque vos llevas al pobre en tus brazos,

como llevaste a ese Niño Santo

que desde tu Sí la vida nos trajo.


Madre, te llevan siempre los misioneros

y ante tu imagen se abren puerta, y sendero

es que tu rostro lleva el anuncio nuevo

que por repetido, no suena a viejo.,

que Dios nos ama y es amor eterno.


Conducidos a Cristo a quien señalas

con tu tibia mano y tu mirada

nos abras los ojos del corazón.

Que sigamos tus pasos en el sí a Dios,

sirviendo al pobre y sea tu protección

Perpetuo Socorro de nuestra misión.


Madre por los caminos de nuestra vida,

tu protección es fuerza y gracia divina,

y precisamos siempre de estos favores

porque queremos ser redentores

y sin tu amparo no se podría.


Madre, que Dios nos de un corazón pueblero,

sencillo como vos, siempre misionero

llevando la Palabra a los más pequeños

y a los soberbios dando el ejemplo.

Danos un amor, profundo y sincero.

aquí se puede escuchar:

El clamor por la justicia, el poder de la oración


Para el día de hoy (14/11/09):
Evangelio según San Lucas 18,1-8

(La Palabra para el día de hoy nos muestra dos personajes fuertes; por un lado, un juez injusto, que "no teme ni a Dios ni a los hombres". Por otro lado, una viuda tenaz e insistente en su reclamo de justicia.

La viuda pertenecía a uno de los sectores sociales más desprotegidos de aquellos tiempos, por ser mujer carecía de derechos legales y religiosos, y por ser viuda, no tenía quien la defendiese; carecía de dinero, bien para sobornar, bien para pagarse un abogado. Sólo tenía un recurso: su insistencia.

Luego de un largo tiempo, el juez decide hacerle justicia: no porque le correspondiera, sino para que dejara de importunarlo.

A pesar de la relevancia de los dos personajes, debemos descubrir algo que está más allá de la simple evidencia... El núcleo de esta parábola no está ni en la persistencia de la viuda ni en la actitud del juez, sino en la certeza de que la súplica -indefectiblemente- será escuchada.

Por eso la oración es poderosa: es capaz de transformar situaciones que parecen imposibles, de conmover a los corazones más duros.

Si la tenacidad de la viuda logró obtener para sí justicia de parte de aquel juez perverso...¿cuánto más nos atenderá Dios, Padre de Jesús y Padre Nuestro?

Dios es Amor, Dios es Misericordia sin límites, y escucha el clamor que pide justicia, especialmente de sus hijos más pequeños.
Aunque los tiempos de Dios no son los mismos del hombre -cuestión que nos cuesta mucho entender, somos adictos a la instantaneidad- por una lógica totalmente contrapuesta al mundo, pone todo su poder infinito al servicio de los que esperan en Él.

Y habrá justicia, y se hará justicia, y Abbá! nos tiene a nosotros para ello, e intervendrá directamente cuando se consumen los tiempos y su Hijo regrese.

Tan grande es su Amor, que nuestra oración es misteriosamente el Espíritu del Resucitado que hace decir a nuestro corazón ¡Padre!

Él está con nosotros constantemente, hasta el final y después también...quien nos podrá?)

Paz y Bien

Sin perder de vista el horizonte

Para el día de hoy (13/11/09):
Evangelio según San Lucas 17, 26-37

(El volverá.
Nadie sabe exactamente cuando, pero tenemos la certeza de que volverá.

Su regreso no significa tanto un final, sino más bien un comienzo: el comienzo de la plenitud de su Reino, la humanidad llevada a su máxima expresión por la vida en Dios y con Dios.

El trajín cotidiano nos hace perder de vista el horizonte, y así todo se nos vuelve rutinario, desabrido... justo a nosotros, que tenemos el maravilloso encargo por parte del Maestro de ser sal de la tierra.

Sin horizonte, no hay sentido.
Él se vá asomando en ese horizonte, y hemos de estar atentos, para que su regreso no nos atrape desprevenidos.
No vaya a ser que el quehacer diario y los intereses perecederos nos vuelvan miope el alma.

Él volverá, es nuestra esperanza y nuestra alegría de que este Reino que vá creciendo en silencio y que tratamos de hacer presente, sea pleno.

Que Jesús sea todo en todos)

Paz y Bien

Avanzar


No, no te detengas.
Comenzar bien es una gracia de Dios.
Continuar por buen camino
y no perder el ritmo…,
es una gracia todavía mayor.
Pero la gracia de las gracias,
está en no desfallecer,
con fuerzas todavía o ya no pudiendo más,
hecho trizas o añicos,
seguir avanzando hasta el fin.

R.P. Dom Helder Camara - Obispo Emérito de Olinda y Recife - Brasil

Está entre nosotros

Para el día de hoy (12/11/09):
Evangelio según San Lucas 17, 20-25

(El Reino de Dios no llegará en algún momento.

Ya está entre nosotros, creciendo en silencio desde abajo.

No es como pensaban los fariseos, un Reino al que se accede por pleno derecho y por los créditos acumulados en el rígido cumplimiento de leyes y normas.

Está presente entre nosotros gratuitamente -Gracia!- por el amor entrañable que Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro nos tiene.

Es invisible para miradas que portan los anteojos de los preconceptos.
Es posible descubrirlo y maravillarse si nos hacemos como niños, si disponemos el alma en la plenitud de su capacidad de asombro, de alegrarnos inmensamente al darnos cuenta que se nos ha dado un regalo inesperado.

Pero su silencio y su aparente pequeñez tiene también signos que para los corazones pobres y humildes se hacen más que evidentes: la solidaridad, la entrega de la vida, la compasión, el socorro al necesitado, la palabra de consuelo, la escucha atenta...

El Reino está entre nosotros, y vá creciendo en silencio.

Y desde la esperanza en Jesús, sabemos que no termina aquí: tendrá su consumación cuando Él regrese.

Con la certeza de su vuelta, se sostiene y alimenta nuestra esperanza)

Paz y Bien

Gracia, gratuidad y gratitud

Para el día de hoy (11/11/09):
Evangelio según San Lucas 17, 11-19

(Jesús vá peregrinando hacia Jesuralem, al encuentro de su Pasión.
Su caminar -pasos de enseñanza y revelación de la Salvación- no se acota al territorio de Israel; dedica una buena parte del trayecto a recorrer Samaría, tierra ajena al pueblo elegido, tierra de paganos, extranjeros, impuros.

Jesús camina por igual entre tierras paganas y judías: la salvación es para todos.
Y comienza desde la periferia, vá desde los confines olvidados hacia el centro del poder.
Marca un sendero a seguir por sus discípulos, Pedro y los otros y nosotros.

Al llegar a un pueblo, le salen al encuentro diez leprosos.

Detengámonos aquí un momento: los leprosos -en el capítulo 13 del libro del Levítico lo podemos observar- eran considerados impuros, no podían convivir ni con los suyos ni con la comunidad, debían vestir andrajos, no acercarse a nadie y gritar al paso de las gentes su condición:¡Impuro!¡Impuro!. Si el término exclusión requiere de un ejemplo contundente, he aquí el mismo.
El leproso estaba excluído de la condición humana, al no poder vivir con su familia, en su comunidad y poder asistir a los oficios sagrados de alabanza a Dios.
No siendo esto suficiente, era también despreciado, pues se consideraba que la lepra, que esa impureza era consecuencia del pecado y que el contacto con los mismos no conllevaría tanto el contagio de la enfermedad en sí tanto como algo peor: el volverse impuro.

Regresemos: le salen al encuentro diez leprosos, y desde lejos se escucha su súplica de socorro:-¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!-
Nos dice la Palabra que, ante todo, Jesús los vió: no los miró como un accidente del terreno, como algo que se mira y no se vé por ser cotidiano, habitual.
Jesús los vé y los envía a que se presenten a los sacerdotes, pues los leprosos sólo tenían la opción de ser reaceptados en la comunidad si el sacerdote certificaba su regreso al estado de pureza.

Yendo camino al templo, los diez quedan purificados, quedan curados, quedan libres de la terrible carga que portaban.
Jesús les devuelve la dignidad de personas que otros, encerrados en sus normas, les habían quitado.

Uno de ellos, al darse cuenta de que estaba curado, regresa sobre sus pasos alabando a Dios a viva voz, y se arroja a los pies del Maestro, feliz y agradeciéndole su misericordia.

De los diez, sólo uno regreso, y era el que llevaba doble carga: la carga de la lepra y la carga de ser extranjero, pagano, samaritano.

La Gracia de Dios, su gratuidad que es cuestión no de méritos acumulados sino de amor puro despierta la gratitud del que era esclavo y ahora es un hombre libre, del que privado de todo recibe un regalo único, inesperado y maravilloso.

Gracia, gratuidad y gratitud tienen la misma raíz, y nos enseñan.
Los nueve que siguieron su camino probablemente consideraron que nada debían agradecer, tornaron sus pasos hacia la normalización de su situación en una religión que los sujeccionaba y oprimía.
Sólo el extranjero, el doblemente despreciado, corre a los pies de su Liberador.

¿Somos capaces de descubrir la gracia y el paso de Dios aún cuando suceda en la periferia de nuestros códigos, nuestras fórmulas y nuestra Iglesia?)

Paz y Bien


De servidores, recompensas y privilegios


Para el día de hoy (10/11/09):
Evangelio según San Lucas 17, 7-10

(Nos suenan duras las palabras de Jesús.
¿Cómo es eso: viene el servidor, el esclavo, luego de un día de arduo trabajo y además, debe prepararle la cena a su Señor, sin recibir ningún tipo de reconocimiento, y recién al final, cuando todo está terminado, puede sentarse a comer y beber? ¿Y además, no debe esperar otra cosa que reconocerse como siervo inútil?

Es un golpe muy fuerte a nuestras estructuras mundanas.
Dá de lleno contra esa corteza que hemos ido pacientemente acumulando alrededor del corazón, mediante la cual todo lo que hagamos debe tener su reconocimiento, en donde cada acción "para" Dios recibe su merecida recompensa -y quizás más en la otra vida que en esta-.
Nos hemos vuelto esclavos de la idolatría del éxito, cultores de una fé que busca los premios a las virtudes. De allí la dureza que nos traen las palabras del Maestro.

Y el Reino de los Cielos viene desde abajo, en silencio, gratuitamente, está presente entre nosotros.
Y -¡Alabado sea Dios!- no se deja circunscribir por lógicas humanas.

Hay que decidirse a entenderlo de una vez por todas: Dios no tiene necesidad de nosotros...
Dios nos ama.

Por eso es maravilloso considerarse desde los fondos del alma siervos inútiles, que sólo saben cumplir con la tarea que les corresponde, sin buscar contraprestación, recompensa o reconocimiento.

María lo sabía: -Yo soy la esclava del Señor...Hágase en mí según su Palabra...-

Y Jesús, Señor de la Historia, verdadero Hombre y verdadero Dios se humilló totalmente haciéndose servidor de todos... Por ello, les manda a sus amigos -los doce de aquel entonces, nosotros mismos ahora- que el que quiera ser primero, sea el esclavo de todos.

El privilegio del servidor no radica en lo realizado, sino más bien en haber sido elegido para servir a los hermanos, y ser partícipe de la vida divina.

Somos hijos de un Dios que no posee nada, pues es donación permanente.

Somos un pueblo nuevo privilegiado por la mirada de Abbá Padre de Jesús y Padre nuestro, que sin necesitarnos, nos invita a unirnos a Él en hacer presente su Reino en esta tierra)

Paz y Bien



El Templo vivo de Dios

Para el día de hoy (09/11/09):
Evangelio según San Juan 2, 13-22

(El Templo de Jerusalem era un signo cierto de la presencia y fidelidad de Dios a la Alianza con su pueblo, punto de encuentro sagrado entre el Creador y la comunidad.

Jesús, silenciosamente, sube a la Ciudad Santa pues se acercaba la celebración de la Pascua, fiesta de la liberación, conmemoración santa del Dios que rescató a su pueblo de la esclavitud en Egipto.

Al llegar al Templo, se encuentra en la explanada a un mercado: todo se trafica, animales para los sacrificios, se cambian monedas para el tributo.
Se ha pervertido al Templo como punto de encuentro sagrado y se ha convertido en sitio de transacciones.

El Señor se indigna, espanta con un látigo a los animales que aguardaban ser vendidos en corrales, desparrama las mesas de los cambistas y -echó a todos del Templo- nos indica literalmente la Palabra.

Los principales beneficiarios de las transacciones que se realizaban lo interpelan: ha dado por tierra con un fabuloso negocio, y le piden explicaciones, le requieren un signo que avale una conducta tan atrevida.

No son capaces de entender que el signo por excelencia es Él mismo, la definitiva presencia de Dios en medio de su pueblo -sus amigos lo recordarían y comprenderían todo a partir de su Pasión y su Resurrección-.

Jesús es el Nuevo Templo vivo de Dios, y cada persona que cree en Él, cada mujer y hombre se hace su hermano... Por lo tanto, cada persona también lleva inscrita en su alma esa dignidad imborrable de templo vivo del Altísimo.

Sería bueno, necesario y más que justo que Jesús venga a nuestros templos-edificios y a nuestros templos-cuerpos, y que con fuerza eche nos expulse todas esas perversas costumbres de negociar, de traficar promesas, de adquirir recompensas.

Que en estos templos en los que nos reunimos y en estos templos que somos sean lugar de encuentro sagrado entre el Dios de la Vida y la Gracia y nosotros, seres de paso y necesitados de su misericordia)

Paz y Bien

Tragedia en El Salvador


Una terrible tragedia golpea a nuestra hermana El Salvador.
El paso del huracán Ida ha dejado un centenar de muertos, miles de familias sin hogar y varias decenas de desaparecidos.
Muchos de ellos sumaron el dolor de este desastre natural a la cruz de la pobreza que asola con dureza a muchos hermanos en nuestra Patria Grande.
Desde este sur del continente, uno mi oración por los fallecidos, por sus familias, por los socorristas y por todo el pueblo salvadoreño, e invito a toda alma generosa a sumarse.
Encomiendo especialmente visiten el blog Gaudiumlux de mi amigo y hermano Enrique Baregó, y dejen allí su testimonio de aliento, comunión y esperanza.
Que María de la Paz, patrona de El Salvador, acompañe nuestros hermanos en estas horas difíciles, y nos ayude a todos nosotros a entender que lo que le afecta a uno de nosotros, nos afecta a todos.
Muchas gracias
Paz y Bien
Ricardo

Desde el lugar del pobre

Para el día de hoy (08/11/09):
Evangelio según San Marcos 12, 38-44

(Dicen los estudiosos que gazofilacio se denominaba al sitio y dispositivo del Templo de Jerusalem en donde se depositaba la limosna y las ofrendas dinerarias.
Tenía la forma de un gran embudo metálico, de boca grande a fin de que ninguna moneda cayera afuera del tesoro del Templo. Lo recaudado en el Tesoro se destinaba, en primer lugar, al sostenimiento del culto y de los sacerdotes y el resto para socorrer a los más pobres -las viudas y los huérfanos- dado que no había en los tiempos de la predicación de Jesús ningún tipo de asistencia social para los más desprotegidos.
__________________
Jesús enseña a la multitud; se expresa con una dureza y severidad inusitadas: hay que cuidarse de los profesionales de la religión de todos los tiempos, los que orientan a los fieles a la pura exterioridad del gesto vacuo, de liturgias sin corazón, que ordenan al pueblo someterse a sus normativas y cánones y pretenden interponerse por ante Dios, que obligan a hacer lo que dicen pero no hacen lo que dicen. Son los mismos que ansían la honra y el reconocimiento propio por parte de los otros -no la gloria y el reconocimiento de Dios-, que buscan primacías, títulos y prebendas, que pervierten el encuentro con el Altísimo fingiendo largas oraciones en las que no creen.
Sólo adoran sus ideas, posesiones y posiciones, con el agravante de saquear a los desprotegidos aprovechando la autoridad que esgrimen.
__________________
El Maestro estaba sentado frente a la sala del Tesoro, en donde se encontraban los gazofilacios.
Es un observador agudo que conoce lo que en verdad sucede en los corazones de las gentes, y sabe con certeza el significado de los gestos exteriores.
Muchos ricos echaban en estos cepillos sumas importantes, con la consiguiente bulla que producían las monedas al caer. Tal vez muchos de ellos lo hacían con religiosidad genuina, pero tal vez muchos de ellos lo hacían también para que se viera cuánto estaban dando.

Y llega una viuda pobre, que echa en el embudo dos moneditas sin valor -dos pequeñas moneditas de cobre-.
Nadie ha advertido su presencia, su ofrenda ha pasado desapercibida.
Es una mujer, es pobre y ha echado dos moneditas:¿de qué sirve?¿A cuántos necesitados se podrán alimentar con dos insignificantes monedas? se preguntan sus discípulos...

Sólo el Señor lo advierte, sólo Él sa dá cuenta lo qye ha sucedido y les /nos dice a los discípulos que la voluntad de Dios no se ha expresado de manera genuina hasta la llegada de la pobre mujer, clara en su solidaridad y generosidad y acusadora silenciosa de la corrupción e idolatría de los profesionales religiosos, de los que explotan al pueblo en nombre de Dios.

Sólo ella ha sido verazmente religiosa, es decir, ha dado desde su corazón confiado y abandonado en las manos de Dios.
Sólo ella no ha buscado el reconocimiento ni el aplauso, ha actuado de manera humilde y silenciosa.
Sólo ella se preocupa verdaderamente de los necesitados, y considera que todo lo que tiene -lo que tenía para su sustento, esas mínimas monedas- puede necesitarlo alguien antes que ella misma: considera que esas moneditas no le pertenecen a ella si hay alguien que pasa necesidad.
Ella ha dado más que todos y mejor que todos, dice el Señor, y nos lo dice a nosotros hoy.

La expresión genuina de la voluntad del Padre la expresan los hijos desde la generosidad, la solidaridad y la fraternidad practicadas de manera humilde y silenciosa, pura cuestión de gratuidad y amor.

Y por eso la advertencia y la invitación a no estar tanto con los pobres, sino a vivir desde el lugar del pobre, haciéndose uno más despojándonos de todo aunque duela, no ejerciendo beneficencia con las sobras.

El Señor lo ha ratificado con su Pasión y su Resurrección)

Paz y Bien






Sembremos esperanza

SEMBREMOS ESPERANZA

Pa’ traerles a los pobres sus esperanzas
Vino Jesús al mundo y dio su palabra,
De que serán felices los hambrientos,
Que no es camino el de los violentos
Que la justicia se instaurará.

El bajó de su trono a los poderosos,
La fuerza de su amor venció a la muerte.
¡Qué se haga río de vida todo el llanto!
Y mar de amor con fuerza nueva
La sangre joven de mi gente.

Vení hermano, animate a construir,
¡Hay tantos corazones para armar de nuevo!
¡Tanto dolor para cambiar por dicha!
¡Hay tanta vida para seguir viviendo!
Vení hermano, que Jesús venció a la muerte,
Juntos podremos desterrar el desaliento.
Vení sembremos con semilla de esperanza
El horizonte nuevo es nuestro pueblo.

Si la soberbia el fuego cambió en cenizas,
Tendremos que encenderlo con alegría,
Que el Señor de la Vida con brazo fuerte
Puede cambiar nuestra antigua suerte
Y alzar a mi pueblo de entre sus ruinas,

El andará borrando rencores viejos
Y nosotros curando viejas heridas,
Que ya es hora de darle alas a la vida,
La vida que abre nuevos caminos,
La vida que nos ofrece Cristo.

Patricia Inés Guerra

Aquí se puede escuchar:

María, no tenemos vino

María, Madre y Medianera de la Gracia

Para el día de hoy (07/11/09):

Evangelio según San Juan 2, 1-11

(Nada sucede por pura coincidencia, nada sucede por casualidad.
Menos aún en la redacción de los Evangelios.

San Juan Evangelista nos trae la Buena Noticia para el día de hoy.
Es un pasaje cargado de un misterio profundo, de numerosos símbolos y de singular belleza.

Si leemos comenzando por el final, notamos que el Evangelista señala que el milagro realizado en esa fiesta de bodas "...fué el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así se manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él..."
Juan tiene la explícita intención de dejar sentado que se inauguraba lo nuevo, que el Reino estaba entre nosotros, que comenzaba la vida, que el Mesías estaba entre nosotros...Y no se queda en abstracciones, es claro y concreto, sucedió en un lugar determinado, en una situación específica y fué el primer signo -señal- de muchos.

Ahora bien, al comienzo sucede algo muy pero muy misterioso y, a la vez, extraño.
Resulta que el Señor realiza su primer signo, el primero de los muchos milagros del Reino...y la figura principal del relato es su Madre!
Observemos desde nuestro silencio: nos narra que se celebraban unas bodas en Caná de Galilea -veamos que ex profeso no menciona los nombres de los contrayentes- y, a continuación señala: "...y la madre de Jesús estaba allí...". Y, es claro, luego agrega "...Jesús también fue invitado con sus discípulos...".

Nada sucede por casualidad.

Pudiendo fácilmente haber invertido el orden de aparición, sería más lógico decir que por allí andaba el Maestro con los Doce, y que también su madre había sido invitada.
Sin embargo, la pone por delante y, no conforme con ello, nos dice que Ella advierte que en la fiesta se ha acabado el vino, y que María, al advertirlo, no se dirije al mayordomo ni al principal del lugar.
Se dirije a su Hijo, y le avisa: -No tienen vino-.

Hay una aparente reprimenda de Jesús a su Madre.
Y corresponde decir aparente, pues el vino verdadero sería su sangre en su Pasión, signo cierto de quedarse para siempre aún yéndose.

No debe haber en ningún idioma humano palabras suficientes para describir las miradas de ambos, los ojos de María confiados en los de su Hijo, y los del Hijo diciéndole con ternura a su Madre -¿Qué tenemos que ver nosotros?-

Nosotros: Jesús no dice ¿qué tengo que ver yo?, nada de eso, aúna a su Madre.

Así y todo, es su Madre y como todo buen hijo, nada le niega a su madre.

Más misterio: su Madre, en vez de quedarse satisfecha o bien de avisar que se solucionaría el inconveniente, le dice a los servidores: -Hagan todo lo que él les diga-, tal es su confianza en ese Hijo.

Y ocurre el milagro: seis tinajas usadas para purificarse, y llenas de agua, se transforman en el vino bueno que renovará la alegría de la fiesta, y es un vino que no se termina.

María, nosotros andamos faltos de vino.
A muchos nos falta el vino de la alegría y el vino de la esperanza.
A muchos nos falta el vino de la vida, tan ahogados en la supervivencia que estamos.
A muchos nos falta el vino que renueva el alma, tan agobiados por el dolor y la miseria.
Por eso, avisale a tu Hijo que estos hijos tuyos no tienen vino; a vos nada te niega...
Y que Él, sólo Él, tiene la Palabra que puede transformar el tanta agua de llanto que llevamos en estas vasijas de barro que somos, y transformarlo en vino de alegría, vino que vivifica, vino para la gran fiesta del Reino en donde no ha de faltar nadie.
Vos ya estás allí esperándonos)

Paz y Bien



El administrador astuto

Para el día de hoy (06/11/09):
Evangelio según San Lucas 16, 1-8

(Parece increíble: Jesús alabando la conducta de un administrador por lo menos inepto -sino corrupto tal vez-. Quizás desde el silencio y desde una mirada global podamos comprender que nos dice el Maestro con esta parábola...

Al administrador acusado de malgastar los bienes de su señor se le acababa el tiempo: habiendo sido puesto en evidencia, todo se tornaba urgente, principalmente su propia supervivencia.
Ya era entrado en años para el trabajo duro, y su ego le impedía humillarse y pedir limosna; entonces, frente a la urgencia, actúa con celeridad y astucia, condonando parte de las deudas de otros para con su señor.
No lo hace por honestidad, ni por justicia: lo hace con la sagacidad de garantizarse su futuro, preparando lugares en donde refugiarse cuando ya no tenga nada.

Nos suena raro que el Maestro alabe esta conducta, pero sólo si lo miramos con nuestros ojos.
Hay que mirar con Su mirada.

Donde se hace presente el Espíritu, se desata la urgencia y se desarma la dejadez y la comodidad.
Es la urgencia por la vida que enciende el soplo de Dios.
Y, por otra parte, la presencia de caracter y la sagacidad frente a las crisis son también dignas de elogio por el Señor: a menudo, nos replegamos en una fé cómoda, desentendida del mundo, negando lo que nos enseñaba el Apóstol: "sean astutos como serpientes y mansos como palomas"

Quizás a nosotros también debamos poner al servicio del Reino todas nuestras capacidades, nuestra inteligencia, nuestra mayor o menor astucia... El fin no justifica los medios, pero es injustificable no utilizar al servicio del Reino los dones recibidos.
Quizás nuestro tiempo sea escaso, y quizás también sea hora de rogarle al Señor del campo que se haga presente y nos pida cuentas de lo hecho... en una de esas, nos despertamos del letargo de la inacción y, con otro sentido, liberamos también a los hermanos de horrorosas cargas imposibles de sobrellevar)

Paz y Bien

La alegría del regreso

Para el día de hoy (05/11/09):
Evangelio según San Lucas 15, 1-10

(Las palabras y acciones del Maestro son imposibles de ceñir al molde de ninguna lógica, y parecen por completo irrazonables, dignas del reproche.

Por eso los fariseos y escribas murmuraban en contra de Él, por eso tantos hoy en día son incapaces de gestos de misericordia, por eso nosotros mismos somos susceptibles de encerrarnos en nuestros propios esquemas.

¿A quién se le ocurriría sentarse a comer con gentes de conductas -por lo menos- reprochables, que con facilidad entrarían en las categorías de réprobos y serían dignos de severas reprimendas y castigos antes que de ningún festejo?

Dios es Misericordia, y es un misterio de amor tran profundo que resiste cualquier análisis, tanta es sus sencillez.

Algunos sabihondos le colgarían con rapidez el sambenito de "políticamente incorrecto" esto de festejar la conversión de un réprobo.

¿A quién también se le ocurriría poner en riesgo a todo el rebaño por salvar a sólo una oveja? ¿O despertar en la noche a toda la familia para buscar una moneda perdida, sabiendo que tiene a resguardo las otras nueve, que puede buscarla a la luz del día y, como si eso no bastara, llamar a los vecinos en la madrugada a festejar que se la ha recuperado?

Cada vida tiene para Jesús un valor único e irreemplazable: por eso es inapelable dejar todo para ir en busca de lo perdido.

No hay excusas: una vida recuperada es un universo que se renueva, es un cielo de fiesta, es un Padre que sonríe.

Y esta alegría no es sólo celestial: esta alegría, para ser completa y plena, ha de ser compartida por todos nosotros -somos los vecinos de las parábolas!-

Quiera el Espíritu del Resucitado darnos su luz y su claridad para abandonar todo esquema y atadura que nos impida ser partícipes y actores del misterio maravilloso de la Misericordia de Dios)

Paz y Bien

Converger

Para el día de hoy (04/11/09):
Evangelio según San Lucas 14, 25-33

(Una definición sencilla de diccionario nos dice que converger significa dirigirse varias cosas a un mismo punto y juntarse en él.

Posiblemente, sea el modo más simple de acercarnos a eso que llamamos conversión, a ese llamado, a esa vocación a ser discípulos que nos hace el Señor.

El Evangelio para el día de hoy debe ser -como siempre- rumiado, cultivado, escuchado, haciendo silencio interior para ver qué nos dice Jesús ahora.
No olvidemos que la fé es primero cuestión de corazones antes que de razones, por eso una lectura superficial e irreflexiva nos puede hacer equivocar en grande.

Decíamos que converger significa que varias cosas se dirigen a un mismo punto y se juntan en él... Desde aquí y desde las palabras del Maestro, todo puede cobrar un sentido vivo y de vida.

Ya no se trata de amar a Jesús desde la familia, o de ofrecerle lo que se posee, sino de amar a la familia desde Jesús y con el amor de Jesús, amor que surge desde la cruz, amor que no conoce límites, amor que es entrega para que quien se ama viva y sea pleno.

La conversión comienza y dá frutos cuando se ama al prójimo con la entrega y la pasión con que Jesús nos ama a nosotros, cuando ponemos a Jesús como centro y no como uno más de nuestra periferia.

Que nazca en nosotros el Sol Invicto de la vida eterna, anbundante y plena, nuestro Señor Jesucristo)

Paz y Bien

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