La gran pregunta









San Pío de Pietrelcina, prebítero

Para el día de hoy (23/09/16):  

Evangelio según San Lucas 9, 18-22 




En el día de ayer contemplábamos en el Evangelio del día el creciente interés de Herodes Antipas en la figura de Jesús de Nazareth, y los interrogantes que también se suscitaban en las gentes. Que era el Bautista que regresaba, que Elías, que uno de los antiguos profetas, todos filtros que remitían a preconceptos pero, por sobre todo, al pasado: en la persona de Cristo acontece la novedad absoluta del Reino y el amor de Dios, que no pueden acotarse con criterios menores o mezquinos. De ese modo Cristo se volvía un desconocido al que le ponían diversos rótulos.

Hoy es momento propicio para que los discípulos respondan la gran pregunta, quién es Jesús para todos y cada uno de ellos.
Pedro habla en nombre de los Doce, y no sólo es el portavoz. Asoma, tal vez sin saberlo plenamente, su vocación y misión de ser la roca en donde se confirme la fé de sus hermanos. Pero en Pedro como en los demás prevalecen las viejas ideas a pesar de los caminos compartidos y las enseñanzas recibidas.
Pedro intuye que en el Maestro está la mano de Dios, pero lo identifica como el Mesías de nacionalismo judío, que añoraba a quien vendría a restaurar la gloria y el poder de Israel por sobre todos sus enemigos.

De allí la llamada imperiosa del Maestro a callar, a no anunciar eso al pueblo. El Cristo que aún deben conocer y re-conocer es el Cristo que sufre, esclavo de todos, servidor fiel que cambiará de una vez y para siempre las fronteras inmóviles de la muerte. Por el amor mayor ofrecido en la cruz, por su resurrección, la muerte no tendrá la última palabra, la vida prevalecerá eternamente.

La gran pregunta sea también un interrogante cotidiano para todos nosotros, abandonando todas las imágenes tergiversadas de un Mesías conveniente, light, haciendo nuestra Pascua hacia el Cristo de la cruz, el Cristo resucitado de nuestra salvación.

Paz y Bien  

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