Para el día de hoy (13/09/09):
Evangelio según San Marcos 8, 27-35
(Pedro hace una confesión total y contundente en Cesarea: -Tú eres el Mesías-
Pero a la vez, es incapaz de aceptar lo que vendría. Sus pensamientos no son los de Dios, son pensamientos de un hombre que busca lo más conveniente.
Jesús es un Mesías inesperado e inconveniente.
Nadie podía presuponer que el Liberador del pueblo iba a provenir de una humilde familia galilea, que sería un carpintero que duramente habría de ganarse el pan cotidiano, que iba a estar sujeto a sus padres hasta su vida adulta, que no reclamaría para sí mismo tronos, títulos, honores...
Menos aún, que demostraría ser Hijo de Dios Todopoderoso cediendo voluntariamente y en absoluta libertad su vida, aceptando el escándalo de la cruz, la infamia de una derrota imperial.
No somos muy diferentes a Pedro.
Estamos intoxicados por una cultura que pone por sobre todo el éxito, el score, dividiendo las aguas entre ganadores y perdedores... Y claro, unos con más derechos que otros.
Para nosotros y para este mundo Jesús también es un Mesías muy inconveniente.
Nos habla de que la victoria sobre la muerte se obtiene entregando la vida.
Nos habla de que el verdadero tesoro, la acumulación legítima es el total desprendimiento de las cosas y de uno mismo en favor del prójimo.
Nos habla de que a pesar del dolor y la humillación, la voracidad de la cruz no es la última palabra, sino el comienzo.
Nos dice que, a pesar de todo, la cruz no es ya símbolo de muerte, de ejecución y verdugos, de humillación y delitos sino señal de puerta que se abre para la vida abundante y plena.
Quiera el Espíritu del Resucitado iluminarnos en este camino temporal, en este estar de paso, para ser profundamente inconvenientes y contradictorios, a contramano de la lógica mundana de la muerte y el egoísmo.
Para mayor Gloria de Dios)
Paz y Bien
Fredy...
Hace 1 hora.
2 comentarios:
hermano Ricardo, como lamento el no poder escribir, pero mi oración está siempre prensente.
Hoy nos vuelve a salir otra de esas lecturas paradójicas, que nos dejan sin parpadear, que nos inquieren y nos muestran una vez más que los caminos de Dios no son los de los Hombres (Isaías 55). Otra vez, se nos demuestra que por más grandes raciocinios que hagamos respecto a los acontecimientos que nos toca vivir, sólo desde la fe éstos adquieren verdadero sentido, si no hay fe en la Trascendencia, nos morimos en la frustración y en el sin sentido.
Saludos, bendiciones y fuerza de Dios,son los deseos desde El Salvador.
Mi querido hermano, los caminos de Dios son indudablemente misteriosos y siempre buenos para todos... Sus cálidas palabras y sus oraciones son signo de ello, especialmente porque ayer hemos despedido a papá, que partió hace la casa del Padre Bueno...En medio del dolor, hay un significado muy profundo que sólo puede comprenderse desde el alma que se aferra a la fé, a las palabras del Maestro. Un abrazo fraternal y agradecido desde este sur del continente en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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