Para el día de hoy (06/09/09):
Evangelio según San Marcos 7, 31-37
(Nos dice la Palabra en el día de hoy que Jesús se había adentrado en la Decápolis -literalmente "diez ciudades"- fuera de Galilea, región de paganos de origen helénico.
Pero en su caminar por tierras paganas, no dará discursos, enseñará parábolas o instará a los lugareños a integrarse al pueblo elegido, nada de eso.
El Señor vá curando a todo aquel enfermo que encuentra en el camino, y no pregunta si es judío o gentil, si es creyente o nó, no considera si es bueno o malo.
Los cura, y con ello desde el silencio dice y hace presente el Reino de los Cielos, que es el bien y la bondad del Padre para todos sin distinción alguna.
Los paganos conocían su fama de "sanador", traen a su presencia a un sordo que hablaba con dificultad rogándole que le imponga sus manos.
-Detengámonos un momento y pensemos que en aquel entonces, y ahora también, un sordo que presentaba graves dificultades para hablar era un marginado: así como no podía escuchar al otro, tampoco podía expresarse por sí mismo...-
Y el Maestro cumple con las esperanzas que las gentes habían depositado en Él, más no del modo que todos presuponían.
No busca el espectáculo, lo multitudinario; antes bien, lleva al hombre aparte, y a solas le toca los oídos con sus dedos y la lengua con su saliva...Eleva sus ojos y su corazón al Padre, le dice -¡Effatá!- - ¡Ábrete!- y al instante, se abren los oídos cerrados y muertos y el enfermo comienza a hablar con normalidad.
Jesús lleva el Reino de los Cielos a todo lugar en donde se hace presente, y se pone totalmente del lado de los marginados.
Por eso, prohíbe a los presentes que cuenten a nadie del milagro ocurrido -¿acaso será porque el Reino ha de crecer en silencio y sin publicidades?-
Nos dice la Palabra qe cuanto más se lo prohibía, tanto más hablaban las gentes del milagro ocurrido, de la maravilla que había hecho Dios entre ellos.
-¡Todo lo ha hecho bien!- exclamaban a voz en cuello.
Tal vez sea ese nuestro destino, y el de todo ser tocado por la Gracia.
Es imposible callarse cuando nos damos cuenta que Él está con nosotros, y que viene germinando en nuestro corazón una nueva vida, la de su Reino.
Es más fuerte que una necesidad orgánica.
Y necesitamos también ser curados, pues andamos bastante enfermos.
Sordos de no escuchar la Palabra de Dios y de no escuchar al hermano.
Imposibilitados de decir palabras que hagan el bien y que traigan el bálsamo de la verdad)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 11 horas.
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