Para el día de hoy (11/09/09):
Evangelio según San Lucas 6, 39-42
(Es increíble la velocidad de la que somos capaces a la hora de señalar los defectos o pecados ajenos; tenemos habitualmente presto y dispuesto nuestro dedo acusador al hermano.
Nos resulta fácil indicar de modo doctoral los modos que debería adoptar el otro para quitar sus impurezas... Sin embargo, nos cuesta mucho barrer nuestro propio patio.
-Quizás tengamos miedo de lo que podamos ver en nuestro interior-
Nuestro Padre es Misericordioso para con todas sus hijas e hijos, y quiere que también lo seamos entre nosotros.
Por ello no debemos jamás abdicar en la corrección fraterna, aquella que se cimenta en la caridad.
Pero si pretendemos corregir el rumbo del hermano extraviado, debemos ver primero si nosotros caminamos por el sendero justo.
No hay mejor manera de hacer que el perdido regrese a casa que el testimonio de un corazón dispuesto a reconocer ante todo sus limitaciones y miserias y que, a pesar de ello, quiere permanecer fiel a ese Dios que constantemente sale en su búsqueda)
Paz y Bien
Fredy...
Hace 1 hora.
2 comentarios:
Ricardo, me gustó mucho esta entrada, lo más difícil es vernos a nosotros mismos, pero cuando lo hacemos, sentimos el amor del Padre y liberación, gracias por tu sugerencia de la carta de Corintios, es verdad no estamos solos, recibe un abrazo en Jesús.
Gracias a tí Queoquina por compartir y enriquecer estas simples líneas... Te ruego disculpes mi tardanza en responderte, es que ayer hemos despedido a mi papá, que ha partido a la casa del Padre Bueno. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
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