Para el día de hoy (04/06/09):
Evangelio según San Marcos 12, 28-34
(Los escribas, al igual que los fariseos y los saduceos, estaban inquietos, incómodos y muy preocupados por la misión de Jesús.
Pero nos cuenta la Palabra de hoy que el escriba que se acerca a Jesús lo hace con honestidad y franqueza, es un alma que busca y que está abierta a la verdad.
No era tarea sencilla para los escribas y doctores de la ley determinar qué mandamiento iba primero: debían discernir entre 613 normas -365 prohibiciones y 248 preceptos-.
Por eso se dirige al Maestro, y con su corazón dispuesto, le pregunta cual de todos es el verdaderamente importante.
-¡Amar a Dios con toda el alma, con todo el corazón, con toda tu fuerza!- es el primero, dice el Señor. Pero lo maximiza -¡Amarás al prójimo como a tí mismo!- es el segundo.
Pero no van separados. Son dos facetas del mismo mandamiento. Por eso Jesús concluye:
-No existe un mandamiento más grande que éstos dos-
El escriba, sediento de verdad, sacia su sed con las palabras del Maestro y puede concluir convencido: -Es verdad, amar a Dios y al prójimo es mucho más importante que todos los holocaustos y todos los sacrificios-
El mandandamiento del amor está muy por encima de todos los mandamientos relacionados con el culto y el Templo.
Y podemos nosotros afirmar con un mismo sentimiento: la liturgia, el culto verdadero deben ser el fruto de una vida plena en el amor a Dios y a los hermanos, de tal modo que ese culto que se profese nos conduzca a su vez al amor.
Cualquier otra variante es pura forma vacía de contenido, es rigor litúrgico y cultual vacío de la vida en Jesús.
Por eso mismo el Señor le dice al buen escriba: -No estás lejos del Reino de Dios-
Pero aún no lo está, anda en cercanías pero le falta dar un paso.
El paso es lo que el Señor nos ha pedido: -Ámense unos a otros como yo los he amado-
Ése es el verdadero culto, la ofrenda pura, la viña fecunda.)
Paz y Bien
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