Para el día de hoy (14/08/09):
Evangelio según San Mateo 19, 3-12(Cuando hablamos de matrimonio en determinados ámbitos, pueden encontrarse diferentes posturas: una, terminante, el matrimonio es indisoluble, y por tanto, quienes lo quiebran y buscan una nueva unión están en otra vereda; otra, el matrimonio es una costumbre o un acontecimiento social por el que tradicionalmente se debe pasar; también podemos encontrar aquella que le dá una importancia nula, ni siquiera simbólica.
Quizás por eso se hable tanto de la pareja -emparejar- o sea, igualar con un rasero dos almas diferentes antes que pensar en hacerse uno y compartir la vida.
Pero todo esto entra de las elucubraciones humanas que por tales, son limitadas.
Y el Maestro viene a invitarnos a mirar con los ojos de Dios.
Afirmamos desde la fé que Dios es Amor...
¿Porqué no empezar a revalorizar el matrimonio y rescatarlo del relativismo desde ese Amor que se nos ha dado?
El Amor es indisoluble porque es Dios mismo presente en quien ama... Quizás por ello Jesús nos hable de tal manera.
Debemos encontrar tiempo para el silencio y la rumia de la Palabra... Las normativas y cánones pueden ser muy importantes, pero un corazón que ama lo es aún más, pues se transforma en templo vivo de Dios.
Y aunque seamos tan frágiles que perdamos el rumbo, y esa palabra que dimos de amor para siempre en buenas y malas se quiebre y el don esponsal se pierda, y muchos busquen nuevas uniones, sigue habiendo una sóla puerta al Reino de los Cielos.
Un corazón que ama y que no vive para sí, sino para el otro)
Paz y Bien
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