Tiempos felices

Solemnidad de Todos los Santos


Para el día de hoy (01/11/11):
Evangelio según San Mateo 5, 1-12a

(Hoy celebramos la Solemnidad de Todos los Santos.
Por diversos motivos, en esta Iglesia hemos acotado esta celebración a aquellos que han sido elevados al honor de los altares y que tengan reconocimiento oficial; no es criticable, claro está, pues a quienes nos referimos han vivido en grado heroico las virtudes de fé, esperanza y caridad.
Sin embargo sería mezquino pensar solamente en aquellos que, atravesando la Pascua de la vida temporal y a pesar de la muerte, viven el para siempre del abrazo de Dios y nos acompañan en el camino: hay muchos más, mujeres y hombres felices que hemos conocido a lo largo de nuestra existencia, muchos otros que en el silencio humilde han hecho presente el Reino de vida plena y abundante y es la propuesta de Jesús de Nazareth para toda la humanidad sin distinciones.

Lo obvio, lo evidente a menudo suele esconderse de nuestra mirada por la miríada de complejidades estériles en la que gustamos sumergirnos; pero el Maestro no establece un canon de religiosidad determinada ni un manual de piedad. La propuesta es animarse a ser felices junto a los demás.

Porque con todo y a pesar de todo, no es una cuestión individual.

Un corazón de pobre tiene las preferencias de un Dios decididamente inclinado a sus hijas e hijos más pequeños, y su felicidad se acrecienta cuando prevalece el hambre por la edificación de un mundo más justo, más humano, más santo.

Un corazón que llora es feliz porque sabe que el consuelo le pertenece, y esa felicidad se acrecentará en su entereza frente a las persecuciones.

Un corazón paciente en el sembrado que aguarda frutos buenos se acrecienta cuando acontece junto a sus hermanos la misericordia y se construye la paz.

Un corazón puro que despeja a diario de su horizonte egoísmos y mezquindades, descubre el rostro de Dios en la mirada de sus hermanos y es feliz y pleno junto a los demás, en la búsqueda incansable de vidas honradas y transparentes, en donde la eternidad se trasluce.

Las bienaventuranzas, las señales del buen viaje, son la Noticia Buena y Nueva de que es posible la felicidad aquí y ahora y después también, y que no estamos solos en estos andares: nos acompaña el Espíritu de Aquel que no se ha guardado nada para sí, y que a impulsado a una interminable caravana de mujeres y hombres felices en una vida que viene asomando)

Paz y Bien

1 comentarios:

Angelo dijo...

Mi deseo de que esas bienaventuranzas puedan llegar a cada hombre de este mundo, para gozar todos del amor eterno en compañía de todos los santos que hoy celebramos. Un abrazo

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