Pequeñas alegrías infinitas

Para el día de hoy (29/11/11):
Evangelio según San Lucas 10, 21-24


(Es una imagen muy difícil de reproducir en palabras, en un texto fiel a su profundidad: al Maestro la alegría lo desborda y se estremece al ver la ternura de su Padre.
Sólo puede comprenderse si se abren las puertas al obrar en cada corazón del Espíritu de Vida, la fuerza que renueva y recrea y colma la existencia. Es el Espíritu de Salvación haciéndose presente en la vida cotidiana.

Jesús lo sabe y no se calla: no es cuestión de sabios, doctrinas y bibliotecas absorbidas, no es ámbito de poderosos ni de soberbios. El Reino es de los pequeños, de los pobres, de los humildes, de los que no cuentan para nada ni para nadie. Hacia ellos se inclina con fervor el Altísimo, en ellos se expresa y en ellos resplandece.

Y a su vez ellos serán señal y medida de que el Reino está entre nosotros; más aún, cuando los pequeños y excluidos encuentran sitios preferenciales en la mesa grande de la vida, es precisamente allí cuando nos descubrimos fieles a la Buena Noticia.
Esta alegría no tendrá límite ni fin pues Dios mismo ha querido hacerse pequeño, un Niño pobre en brazos de Madre sencilla y padre humilde y trabajador.

Adviento es tiempo de buenas noticias -las mejores- y tiempo de esperanza que renueva la existencia y el mundo reivindicando la sacralidad de la vida, y que todos cuentan en la mirada amorosa de un Dios que es un Padre que nos ama y una Madre que nos cuida)

Paz y Bien



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