Para el día de hoy (23/11/11):
Evangelio según San Lucas 21, 10-19
(No es una lectura demasiado amigable; más aún, puede demoler de manera contundente ciertas conductas piadosas y determinados acomodamientos religiosos.
Pensamos en pequeños y exclusivos reductos confortables, y Él nos habla de persecuciones, de violencias, de desprecios y traiciones.
Ansiamos aguas de tranquilidad, pero sólo se nos ofrecen las aguas turbias de las amenazas y el dolor.
No es dable ni sano tener estas vicisitudes como aspiraciones primeras, pero hay algo fundamental: vivir fielmente la Buena Noticia es estar dispuestos a nada contra corriente, a no resignarse ante la injusticia y la opresión, a no dormirse frente al dolor del prójimo, a atreverse a la sagrada rebelión de la solidaridad y la compasión incondicionales.
El camino de Jesús pasa, indefectiblemente, por la cruz, y mientras no estemos dispuestos a ponernos ese cadalso al hombro -el amor mayor- nos estaremos quedando en la higuera estéril de la tibieza y el compromiso declamado pero nunca vivido y proclamado.
Pero no hay que aflojar, no hay que resignarse, no hay que bajar los brazos pues solos no vamos.
Nos acompaña y sostiene Aquel atrevido que horrorizaba a tantos diciendo que no hay nada mejor que perderse para ganar la vida de otro.
No nos merecemos desesperar.
Lo que prevalece es la fidelidad y la confianza)
Paz y Bien
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