El salario de la Gracia

Para el día de hoy (08/11/11):
Evangelio según San Lucas 17, 7-10


(Los criterios para mesurar lo justo y lo injusto suelen pasar por un apotegma clásico, aquél que refiere en dar a cada uno lo suyo. De allí sólo hay un paso para intentar inferir que es lo que por justicia le corresponde a cada uno.
No está nada mal, es claro, máxime cuando desde ese principio se articula toda lucha y esfuerzo por el empleo, por la paz, por la equidad, por la dignidad, por sueldos dignos.

Sin embargo, los sentires del Altísimo no están acotados a esa idea.
El Dios de la Vida que se revela en Jesús de Nazareth escapa a cualquier preconcepto y desborda gratamente mesuras y previsiones.
Es el tiempo del Reino, el tiempo de la Gracia, de lo gratuito, de lo dado sin condiciones y por amor puro. Para Jesús su Dios vé ante todo hijas e hijos a los que cuidar como un Padre y amar como una Madre, hijas e hijos a los que no le impone condiciones ni le exige acumulación de méritos a cambio de premios temporales y eternos preestablecidos.

En esa música del Reino, quizás debamos afinarnos.
Descubrirnos hijos de un Padre increíble que supera toda expectativa limitada en sus mares de generosidad es un despertar que nos conduce a los senderos del Maestro, senderos de servicio humilde y desinteresado, ese servicio de los que se saben muy pequeños e ínfimos pero que, a pesar de todo, siguen y trabajan sin desmayo, y se saben generosamente pagados de antemano aún sin merecerlo

La vida se edifica en urdimbre santa entre Dios y la humanidad en el esfuerzo generoso y solidario del día a día)

Paz y Bien

1 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

¿Dónde si no estaríamos de aplicar a cada uno lo suyo? Supongo que hundidos y condenados en la mayor miseria.

Para ejemplo, el hijo prodigo.

Por eso, nos viene muy bien mirar hacia lo alto para ver toda nuestra miseria bendecida por la Misericordia Infinita del PADRE BUENO DIOS.

Y, desde ahí, reflexionar nuestro comportamientos de conducta. Seguro que veremos de otra forma nuestros juicios y decisiones.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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