Para el día de hoy (02/01/10)
Evangelio según San Juan 1, 19-28
(Juan era exhaustivamente interrogado, mas las preguntas que le hacían no estaban impregnadas de un hambre de verdad, sino que buscaban el yerro, la blasfemia, el alejamiento de la ortodoxia: quizás Juan -como el Maestro- ya había sido juzgado en sus corazones y buscaban inventar un motivo punible, de castigo.
Pero Juan no entra en ese macarbo juego dialéctico: toda su vida, su maravillosa existencia, está orientada a dar testimonio, al anuncio del Salvador.
Él, grande entre los hombres -así lo llamaría tiempo después el Maestro- se sabe muy pequeño en comparación con el viene después de él, el Go'el, el Redentor...
Él vá preparando sus caminos, es la voz que grita en el desierto anunciando a la Palabra que ya vive en medio de su pueblo, aunque aún no lo hayan visto.
Juan vá abriendo la huella a la Gracia que se hace presente con Jesús.
La misión y la vocación de Juan son las nuestras, no es otro nuestro sello de bautismo.
Hay que levantar la voz: el Salvador vive en medio de su pueblo, aún cuando muchos todavía no lo hayan visto.
La voz que clama en estos desiertos inhumanos -tan del César y tan poco de Dios- ha de ser la nuestra.
En especial por los hermanos que no tienen voz)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 9 horas.
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