Padre Carlos Mugica, o de cuando nadie se vá del todo

Es una historia que debería encendernos el alma...
y sin embargo aún hoy, exactamente 36 años después,
nos sigue doliendo la polémica y nos lastiman ciertas justificaciones y no pocas invectivas.
Como si no hubiera sido suficiente despojarse de toda una propia historia
para darse por entero a los pobres, en donde veía resplandecer el rostro del Crucificado.
Como si no hubiera sido suficiente morir por el odio hecho violencia
justo al terminar de celebrar la Eucaristía -aquí cerca de donde estoy escribiendo,
en la parroquia San Francisco Solano-
Como si el compromiso al que nos impulsa el Espíritu,
el Reino que vá creciendo aquí y ahora, no tuviera consecuencias inmediatas
sobre el bien común... Si señores, porque política -por si alguien no lo sabe-
en su sentido primordial es la búsqueda del bien común.
Como si la fé profesada se tuviera que circunscribir a un culto vacío...
Y nos olvidamos el mandato del Amor, ese mismo
que el Maestro nos recordaba:-Misericordia quiero, que no sacrificios...-

No importa.

Dicen que el árbol de la Iglesia se vuelve más frondoso cuando es regado con sangre de mártires.

Muchos de nosotros -con el dolor del rechazo, el desprecio y la violencia
que tanto nos duelen- lo amamos y lo sabemos presente con su corazón grande.
Sabemos que quien mucho ama jamás se vá del todo.
Nos lo enseñó el Maestro.
Por eso, hoy es un día no tanto de recordar lo luctuoso,
sino de una profunda acción de gracias por el testimonio imborrable
y valiente de nuestro hermano,
el sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires y mártir, padre Carlos Mugica.

Paz y Bien
Ricardo

...Para no falsear su testimonio será importante
“no tener vergüenza del Evangelio” (Epístola a los romanos 1,16)
que siempre, en alguna de sus dimensiones,
será considerado “locura” por el mundo.
Se trata de usar de las cosas de este mundo,
buscando su transfiguración,
pero como “si no se las usara”.
Esta tensión entre estar en el mundo luchando
por la liberación del hombre en todos los frentes,
sin ser del mundo, sin hacer de esta instancia terrena el destino definitivo,
es lo que Cristo exige hoy al cristiano,
y éste es el desafío que debe asumir sin claudicaciones
para ser la sal de la tierra, mas allá de su fragilidad e impotencia...

R.P. Carlos Mugica - sacerdote y mártir-

8 comentarios:

José Luis Carvajal dijo...

¡Muy buen recuerdo de un grande de la caridad! Gracias.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Padre José Luis, desde la memoria -que es cosa del Evangelio- debemos recuperar su voz en este presente tan complicado
Te mando un abrazo grande en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Franco Augusto Valdez dijo...

Ricardo Gracias por recordar al Padre CARLOS MUGICA al cumplirse 36 años de su Martirio.

Unknown dijo...

Hay muchas formas de creer; no tantas como de amar hasta el extremo.
En cosas de amor, sólo hay Uno

Que el Bien y la Paz que deseas estén contigo.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Bienvenido, Franco, y gracias por tus palabras.
Debemos hacer memoria del martirio del padre Carlos, pero también hacer presente su compromiso con los más pobres; es su herencia, que es el mandato de Jesús.
Un abrazo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Es verdad, su_chico, amigo y hermano: en el amor -salir del yo para darse sin medida al otro- hay solamente Uno, el que con su Espíritu nos impulsa a abrir los ojos del alma al dolor del otro.
Paz y Bien para tí y los tuyos.
Ricardo

Augusto dijo...

Me acuerdo el año pasado cuando recordaste para esta fecha el martirio de Mugica, que alguien comentó "ese es el mártir de los montoneros". Leí en estos días un entrevista que le hicieron a él en el ´72 y en una parte decía: "Dios no es una idea sino alguien. Dios es una persona que se entregó totalmente a mí y se dejó matar por mí. Para mí Cristo es mi Señor, mi amigo, mi maestro, mi modelo de vida. Su entrega tiene un valor especialísimo: Dios es un ser que en lugar de servirse del hombre se pone al servicio del hombre y por eso todo hombre que da su vida por los otros -sea un ateo, un marxista o lo que fuere-, ése, verdaderamente se une a Cristo."
Qué genial esto que él dice, y cómo después va a vivir su unión con Cristo hasta las últimas consecuencias, hasta la persecución y la muerte. Es verdad Carlos Mugica hizo una opción política clara y explícita en su tiempo por el peronismo, y no podemos negarlo ni ocultarlo porque sería faltarle el respeto a su memoria. Pero su opción de fondo, la que lo llevó a hacer otras opciones de forma (vocacionales, pastorales, ideológicas, políticas), es por Cristo, a quién él llama "mi Señor, mi amigo, mi maestro, mi modelo de vida".
Por eso creo que tenemos que dejar, sobre todo los cristianos, de tanta división permanente y descalificaciones. Cuál es el problema si sos más de izquierda, o tengas una opción política definida (lo digo porque me tocó y me toca de cerca, por algunas ideas y por mi actual militancia política), o apoyás ciertas luchas que tal vez no sean desde la Iglesia pero es desde el servicio a los demás, y ahí unidos a Cristo. Los cristianos tenemos que saber hoy cuáles deben ser nuestras opciones, desde qué lugar podemos integrarnos a los procesos históricos de nuestro país y del mundo. Estária bueno despojar a este sacerdote santo y mártir de todo lo romántico (los cristianos somos propensos a caer en esas cosas) y dejar que él, sus palabras, su compromiso, su obra y sus opciones nos interpelen.
Un abrazo muy grande, y gracias por compartir un poquito de Memoria que a veces hace falta.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Augusto, en la misma resonancia de lo que mencionás, a mí cada vez me asombra más lo que menciona San Juan en una de sus cartas: el que ama conoce a Dios.
No dice que es condición primera la religión, el culto, la adoración, sino el amor; allí cambia todo, y es tan misterioso que nos debería interpelar y sacudir de ciertos letargos como -bien lo decís- debería sucedernos con el padre Carlos. No estaría mal que en vez del edulcorante de cierta tendencia romántica y hollywoodense que tenemos con nuestros testigos, nos provoque la reflexión o, mejor todavía, cierta vergüenza.
Hay que avergonzarse de todo lo que no se hace, hay que sentirse mil veces preso y sometido si un hermano sufre.
Ando complicadísimo con los tiempos, y por eso en parte te pido disculpas por mi tardanza en responderte -dos empleos, una familia con esposa e hijos maravillosos, una comunidad donde comprometerse-; en cuanto pueda, tengo en borrador algo que seguramente tendrá algún tipo de polémica mezquina.
Voy a dejar un pequeño recuerdo sobre nuestras sor Alice y sor Leonie... Y si alguien se escandaliza, sea para mayor gloria de Dios.
Todos somos esclavos y dependientes de su Misericordia.
Un abrazo grande, y feliz día de la Ascensión, que es día de liberación y compromiso.
Paz y Bien
Ricardo

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