Las infinitas oportunidades del perdón, la fidelidad de Jesús

Para el día de hoy (21/05/10)
Evangelio según San Juan 21, 15-19

(Los discípulos habían salido solos de pesca y no habían obtenido resultado alguno: sólo cuando se hace presente el Señor las redes desbordan de peces, la pesca se hace milagrosa.
¡Es el Resucitado que está en la orilla! Y los espera con su Mesa preparada.

El reencuentro con el Maestro es siempre motivo de celebración, y su Mesa está siempre dispuesta.

Cuando finalizan la comida, Jesús convoca a Pedro, y le pregunta en tres oportunidades -¿Me amas?-...

Pedro lo había negado, lo había traicionado con la celeridad del canto del gallo al amanecer por tres veces, justo en los momentos críticos del arresto de su Maestro.
Aún así, no hay cuestionamientos ni recriminaciones.

Pedro había quebrado su promesa de serle fiel; sin embargo, Jesús permanece fiel por encima de toda traición, más allá de toda negación.
Allí está la raíz de la triple pregunta, la fidelidad y el amor de Dios.

Y esa triple pregunta parece ser siempre la misma repetida tres veces; no obstante, está formulada de distinto modo y a su vez las respuestas son afirmativas y distintas.
Será porque el Señor le abría a Pedro la puerta para enmendar las tres oportunidades de sus quebrantos.

Siempre, indefectiblemente Jesús nos dá una segunda oportunidad... Mejor aún, nos dá infinitas posibilidades de aceptar el perdón que nos regala, la increíble capacidad de perdonarnos setenta veces siete y más también.

La clave es el amor, y de allí las preguntas a Pedro; y éste responderá y confesará que lo quiere, que lo ama.
Pedro se entristece... no tanto por la insistencia de las preguntas en sí, sino porque aún no se había liberado de la pesada mochila de sus pecados.

Pero el Maestro ante todo ama y es fiel, y sabe cual es la urdimbre de cada corazón. No importa el gusto amargo del pecado pasado, sino el amor presente y la capacidad de permanecer fiel a esa querencia.

Pedro es un hombre nuevo, y por eso mismo tiene una misión: apacentar las ovejas, llevar la paz al rebaño.
Porque el amor compromete y moviliza, y será tal el compromiso de Pedro que llegará a reafirmarlo con su propia ofrenda en el martirio.

Ese amor confesado, esa amistad recuperada por la Misericordia encarnada en Jesús no sólo hace recuperar la confianza.
La amistad renovada con Jesús es la causa de la victoria en la principal batalla, la que damos contra nuestros egos. Por eso el Señor le enseña a Pedro que ya no obraría de acuerdo a un interés propio, sino que sería movido por las necesidades de los hermanos.

Las necesidades del otro serán su camino, porque el fruto primero y más precioso del amor es el servicio y la donación de la propia vida.

Tal vez haya que preguntarse si somos capaces de amar como Jesús amaba, si somos capaces de perdonar como Él lo hace, si somos capaces de aceptar Su Perdón y, desde allí, mujeres y hombres nuevos, permanecer fieles en el servicio al hermano)

Paz y Bien

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hace tiempo dediqué una entrada en mi blog a reflexionar sobre esto.(Igual lo leíste en su dia)
Llegaba a la conclusión de cuánto amor es capaz de sentir y hacernos sentir el Señor
Así, al arrancar por tercera vez a Pedro un "tú sabes que te amo" Jesús bien pudo sonreirle diciéndole con la mirada "Y ahora, tú también"
Un saludo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Es verdad, hermano: yo me he preguntado e imaginado varias veces las miradas del Maestro y de Pedro en ese momento maravilloso.
Gracias por tus palabras.
Un saludo fraterno
Paz y Bien
Ricardo

Salvador Pérez Alayón dijo...

En Pedro estamos todos reflejados. ¡Cuantas traiciones, miedos, rechazos, negaciones...etc!

Sin embargo, El SEÑOR sigue a nuestro lado haciéndose el encontradizo, llamando nuestra atención, sorprendiéndonos repentinamente... preguntándonos si le amamos, si confíamos en ÉL.

Mañana tendremos otra oportunidad de dejarle entrar en nuestro pobre corazón, pero para ello tendremos que vaciarnos primero y dejar el hombre viejo, orgulloso y soberbio...

Y dejarnos empapar humildemente por la acción del ESPÍRITU.

Un fuerta abrazo en el ESPÍRITU SANTO.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Muchísimas felicidades Salvador para tí y tu familia.
¡Ruah!
Que en este día de viento y fuego de Dios se renueve nuestra esperanza y se re creen nuestras vidas.
Un abrazo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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