Para el día de hoy (01/12/20):
Jesús se estremece de certeza ante la ternura de Dios. A cada instante descubre la bondad salvadora de su Padre, y por eso exclama su bendición; más aún, hasta su respirar es una bendición, pues toda su vida es una vida orante, en perfecta y absoluta sintonía con su Padre.
Porque este Dios que se revela en Jesús de Nazareth no se expresa a través de sabihondos y doctores, esos mismos que se apropiaron en exclusiva de la interpretación y exégesis exacta de la palabra, pero se han vuelto incapaces de aceptar la revelación y toda verdad que se les presente, por más que ésta sea evidente. No escuchan otra voz que la propia, y ese es el motivo primordial por el que viven en su mundo ampuloso de sombras.
El Dios de Jesús de Nazareth se revela en plenitud a través de aquellos que no tienen voz, que apenas pueden hablar. De los más pequeños, de los que no tienen relevancia ni son tenidos en cuenta.
A ellos, por ellos y con ellos Él se manifiesta, y su rostro puede encontrarse, resplandeciente, especialmente allí en donde nada suele esperarse, donde las clasificaciones preconcebidas son condena y son yugo fiero y demoledor.
Adviento es así.
Descubrir que Dios nos habla cada momento, que Su Rostro puede encontrarse en cada esquina, en los arrabales, en las periferias de la mera supervivencia. Descubrir su manifestación bondadosa y volvernos bendición.
Dios se revela en los pequeños, en los que balbucean, en los que lloran su frío y su hambre, en los niños, en un Niño que será todo en todos.
Paz y Bien
1 comentarios:
Señor...que estemos atentos a tu Palabra y sepamos escucharte..Paz y Bien Bendecido Mes
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