Un pequeño aviso personal

Queridos amigos y hermanos

Ustedes saben que este blog comenzó en diciembre de 2008. 12 años ya. Y habrán advertido en los últimos tiempos cierta escasez de contenidos y algunos días que, contrariamente a lo habitual, me los he salteado.

Debo pedirles disculpas. Situaciones de salud familiares complicadas sumadas a mi desempleo desde diciembre han vuelto algo compleja la situación, especialmente en tener la mente despejada para poder escribir medianamente bien.

Ello no quiere decir que sea el final. Nada de eso. En este pequeñísimo espacio he aprendido mucho, muchísimo más de lo poco que he podido brindar. Y hemos estado en comunión con tantos amigos y hermanos cercanos en el corazón aún cuando en apariencia nos separe una distancia geográfica importante. Las maravillas del Espíritu que nos congrega como familia allí donde estemos.

Seguiré escribiendo en tanto pueda. Dios quiera que pueda volver a hacerlo a diario. Su Gracia y su Providencia nunca nos abandonan.

Infinitas gracias al Altísimo y especialmente a Salvador, Ángelo, la hermana Caminar, el padre Enrique de El Salvador, mis queridos hermanos de Venezuela, el hermano Claudio Ifrán, el hermano Joan Josep, mi hermano y compañero Walter Fernández con sus gratísimos comentarios diarios, la memoria por el querido Antonio y tantos otros que espero no ser injusto si no menciono aquí sus nombres.

Los guardo a todos ustedes como un tesoro preciado, una Gracia que no merezco y nos estaremos encontrando pronto por aquí, o donde el Espíritu nos congregue.

Les ruego, si tienen un minuto, una oración por mi familia y por mí.

Dios los guarde siempre

Paz y Bien

Ricardo


No vamos solos, Él nos sostiene

 





Para el día de hoy (11/05/21):  

Evangelio según San Juan 16, 5-11





El Maestro enseña a sus discípulos -a los Doce y a los de todos los tiempos- que la fidelidad tiene sus costos y consecuencias, y que vivir en plenitud la Buena Noticia puede tener resultado de cruz.


La cruz puede ser la persecución, la condena al ostracismo, la soledad, la difamación y el martirio. Para los poderosos podrá ser un muerto más, pero desde la mirada del Dios de la Vida es el amor mayor que no puede borrarse ni desaparecerse.


Y frente a un mundo obcecado en la injusticia, profuso en miseria e inhumanidad, a menudo nos queda el escape a la tristeza y al desaliento.

Pero hemos de mantenernos firmes, pues no vamos solos, librados a nuestra suerte.


Viene el Espíritu, el Abogado en su sentido primordial: advocatus, cuya raíz latina proviene de ad auxilium vocatus, es decir, el llamado para auxiliar.


Nunca nos quedaremos mudos, no desfalleceremos, no careceremos de fuerza ni de razones. Siempre tendremos de nuestro lado y en nuestro interior a ese Abogado magnífico, savia de nuestras existencias, para que impere la justicia de Dios que es la Misericordia, fruto primero y mayor de la Gracia.


Paz y Bien


No más resignaciones

 







Para el día de hoy (10/05/21):  

Evangelio según San Juan 15, 26-16, 4


Las promesas de Jesús no son abstracciones ni palabras vacuas destinadas a menguar los miedos de los Doce ni de los que seguirán después de ellos.

Porque ellos no tendrán ya la presencia física del Maestro, más Él se queda de una manera distinta pero definitiva: envía su Espíritu, el Paráclito, el Defensor, el que conforta y sostiene.


La cruz de Jesús de Nazareth será también la cruz de sus amigos, y los desprecios y persecuciones de Él también operarán sobre los suyos, incluso con mayor técnica y esmero.

En cualquier otro horizonte, el miedo y el espanto serán rectores y definirán con fiereza toda oscuridad que se asome. Pero es un tiempo nuevo y distinto.


En santa ilógica,  los momentos durísimos de la soledad, del rechazo, de la catalogación espúrea, de las amenazas hasta de la violencia ejercida en nombre de Dios serán momentos luminosos, mucho más frutales que un soportar estoico.

Las vidas de los testigos iluminarán las tinieblas que asolan la tierra.


Sin abstracciones.

La presencia real y definitiva de Jesús impide que los brazos se bajen, que se instale la resignación, que la vida retroceda. Él está para siempre con nosotros.


Paz y Bien

El amor de Dios renueva la faz de la tierra

 





Domingo 6º de Pascua

Para el día de hoy (09/05/21):  

Evangelio según San Juan 15, 9-17



La enseñanza que nos brinda la lectura de este día es nodal, crucial para la vida humana y cristiana pues se establece desde la medida y perspectiva del amor.

Esta enseñanza no puede abstraerse de la perspectiva principal que es la cruz como ofrenda suprema, en contraposición total de aquellos que todo lo regulan -hasta la vida de Dios- mediante códigos y reglamentos específicos, recetas de santidad y pureza ritual que nada tienen que ver con el amor asombrosamente gratuito y absoluto de Aquél que nos ha amado primero de manera incondicional, un amor que es escandaloso para los traficantes espirituales, para los que comercian con méritos religiosos, para todas las mezquindades opresoras del mundo.


Se trata de amar como Jesús amaba.


El amaba de ese modo único y revolucionario pues conocía en su propia existencia el amor del Padre, un amor creador que no tiene reservas y que se encarna, se hace historia y tiempo, vecino, hijo querido. 

Jesús de Nazareth obedece hasta la muerte al Padre, pero esa obediencia no es una subordinación de hacer venias sin pensar, de autómata sin corazón, sino en el sentido más profundo y auténtico de la expresión -ob audire- que significa escucha atenta. Escuchar atentamente para permanecer fiel, servicial obrero de la misericordia que restaura y levanta la creación.


En demasiadas ocasiones pretendemos acotar el amor al escaso tamaño de nuestra vida, a la insignificancia de nuestras existencia, y por eso andamos dispersando a cada paso tanta escasez. Sea entonces la real medida del amor cristiano -el amor humano- el amor de Cristo que se expresa en el servicio, en la gratuidad, en su infinita amplitud que no conoce menoscabos ni restricciones.


Amar como Jesús amaba implica a-pasionarse por el bien de los demás, enamorarse de la vida con todo y a pesar de todo, amarla de tal modo que nos volvamos capaces de entregar sin miramientos la propia para el bien de los demás. Palpitar la urgencia de la compasión, y el carácter único y distintivo de un Mesías que nos ha elegido amigos entrañables.


Sacrificio, en términos sencillos, es hacer sagrado lo que no lo es. El amor de Dios -sacrificio cotidiano- que encarnan los discípulos es señal de santidad que renueva, por la fuerza del Espíritu, la faz de la tierra.


Paz y Bien

Madrecita de Ternura

 




8 de mayo - Nuestra Señora de Luján, Patrona del Pueblo Argentino


MADRECITA DE TERNURA

Madrecita de ternura, Virgencita Lujanera

Vos que sos la mensajera que anunciás la salvación

dale tu fuerza y valor al corazón peregrino,

vení a abrirnos el camino para llegar hasta Dios.


Sos en este Pueblo humilde como la luz de sus ojos,

sos amparo, sos reposo para nuestro caminar.

No nos vamos a olvidar, cuando vivamos a oscuras

que vos sos la Virgen pura, Madrecita de Luján.


Vos sos Madre de los pobres, porque pobre fue tu vida,

y el dolor marcó una herida en tu humilde corazón,

al ver a tu Hijo y Señor elevado en el madero,

lo entregaste al mundo entero para darnos salvación.


Hermosa Virgen morena, Madre del Pueblo Argentino,

apurá nuestro destino de paz y liberación;

escuchá nuestro clamor, es un grito de confianza;

sostené nuestra esperanza, María Madre de Dios.


Mauricio Chapar - P.Raúl Canali



Feliz día, Virgen Gaucha!

El amor es el mandamiento fundamental que supera por lejos toda ley

 





Para el día de hoy (06/05/21):  

Evangelio según San Juan 15, 9-11



Si interpeláramos a la historia y a las culturas acerca del significado del amor, variadas serían las respuestas que obtendríamos.

Algunos nos remitirían de manera primordial a una sexualización extrema, o una simpática y romántica utopía vieja sin mayor relevancia por fuera del ejercicio sexual -entendido éste como genitalidad y nó como sexualidad-. 

Otros referirían a temas sensibleros sin otro compromiso que el de un romanticismos banal acotado al capítulo de una novela escrita, un filme o un episodio de serie televisiva.


Sin embargo, varias de las respuestas no serían tan limitantes.


En la Grecia clásica el amor es entendido como vehículo y realización enteramente individuales, y cuyos vínculos son jerárquicamente verticales. Por ello se ama a sus dioses porque ellos son mejores y se quiere ser como ellos, y a la vez, las mujeres, los esclavos y los que no son demasiado inteligentes ni siquiera son objeto de desprecio; están varios escalones por debajo de cualquier aspiración razonable.


Los fariseos de todo tiempo afirmarán que el amor se expresa en la puntillosidad del cumplimiento de los preceptos de piedad, y ese amor tendrá por fruto obtener el favor divino, meritocracia piadosa, capitalismo espiritual.


Entre nosotros, lo lógico y razonable es amar a los propios, a los cercanos, a los pares, a los amigos y parientes. El amor se acota a los que quiero y conozco.


El amor propuesto y vivido por Jesús de Nazareth es radicalmente distinto, es ágape, es ofrenda desinteresada de la propia existencia, es celebración de la vida de los amigos y los hermanos, es vincularse con Dios porque Él sale al encuentro de sus hijas e hijos ante todo, y no tanto que ellos lo busquen como proveedor de lo que sus miserias requieren.

Es amor el mandamiento fundamental que supera por lejos toda ley o cualquier prescripción, es el Espíritu que anima esos mandamientos, el sueño eterno de que la humanidad sea libre y plena.


El amor de Jesús de Nazareth es ágape con perfume a pan y vino que se expresa totalmente en la cruz.


Paz y Bien


Destino de vino bueno

 





Para el día de hoy (05/05/21) 

Evangelio según San Juan 15, 1-8




La vitivinicultura es milenaria; a través de los siglos, aún cuando hubo muchos cambios por los avances tecnológicos, la raíz sigue siendo la misma, y es la calidad de la uva, fruto de la vid.


Los oyentes de Jesús lo sabían bien: las mejores uvas son las que surgen de las ramas o sarmientos más cercanos al tronco, a la vid, toda vez que reciben plena la savia nutricia que las vivifica y florece. Las más alejadas son, por lo general, desechadas para la fermentación del mosto primario. 

Y sucede lo mismo con las ramas: cuando se alejan demasiado de la vid, se resecan y no dan fruto, y la única utilidad o destino de esos sarmientos es el ser utilizadas como leña, y también han de ser podadas del cuerpo principal de la vid para que ésta genere brazos nuevos y fructíferos.


Contra todo pronóstico de pervivencia fundado sólo en el sustento que se adquiere desde fuera, la enseñanza del Maestro remite a una interioridad total entre Él y el creyente, dador generoso de la savia que nos hace vivir. 

En su cercanía nos volvemos madera verde que brinda buenas uvas, uvas que han de pisarse y fermentarse para transformarse en vino bueno.

En cambio, cuanto más nos alejamos nos resecamos y nuestra existencia deviene inútil, sin horizonte, estériles en todos los aspectos. Y aquí es menester derogar esa imagen de un Dios que entrega como pasto de las llamas a las ramas secas. El Dios de Jesús de Nazareth es un Padre y una Madre que ama y cuida, es el Viñador que a veces nos poda para que nos crezcan cosas nuevas, es Aquél único conducto por el cual nos viene la vida.


Porque tenemos un destino de vino bueno, y María de Nazareth lo sabía bien pidiéndolo para nosotros, y el Maestro se funde en nuestro devenir transformando cada día, en la mesa de los hermanos, a ese vino en su sangre para la Redención.


Paz y Bien

La paz es hija de la verdad y hermana de la justicia

 





Para el día de hoy (04/05/21):  

Evangelio según San Juan 14,  27-31a



Todos aquellos que hemos sufrido la pérdida de un ser querido, solemos atesorar las últimas palabras, gestos y momentos de quien se ha ido. A menos que la memoria nos juegue una extraña pasada -porque la memoria está condicionada por los sentimientos- esos recuerdos tan valiosos no se convertirán en pasto de olvido.


El Maestro lo sabe, porque es conocedor como nadie del corazón humano y más especialmente de aquello que anida en las honduras de los suyos. Él está por partir de la manera más dolorosa e ignominiosa, morirá como un delincuente abyecto y marginal -poco que ver con el Mesías glorioso que ellos aguardaban- y para ellos vendrán días de miedo y soledad. Aún deben pasar por el éxodo de la Resurrección para descubrir que Él se vá para quedarse de manera definitiva.


Por ello mismo, a contrario de un mundo que se precia de elegir el mal menor, Él les hereda un bien mayor, su paz. No es un cúmulo de buenas intenciones, ni una paz mundana, la paz que supone ausencia de conflictos, pax imperial sostenida a fuerza de las armas, paz que se define por el miedo y la necesidad de sobrevivir, paz que encuentra su hogar primordial en los cementerios.


La paz de Jesús de Nazareth es Shalom universal que siempre es comienzo, renuevo, hija dilecta de la verdad y hermana gemela de la justicia.


Shalom de tierra prometida, de no resignación -jamás-, de humildad y mansedumbre, de devoción al hermano, de glorificación a Dios en los pobres y pequeños, de seguir adelante con todo y a pesar de todo, la inmensa fidelidad de morir para que otros vivan.


Paz y Bien


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