Para el día de hoy (28/07/11):
Evangelio según San Mateo 13, 47-53
(Es claro: por más que nos esforcemos y hagamos uso y abuso de la imaginación, el mar es enorme y ninguno de nosotros es su Dueño.
Apenas somos pequeños pescadores, a menudo a bordo de barcas frágiles que suelen amagar con volcarse al menor asomo de tormenta. Esa es una verdad rectora: somos barquitos menores con timoneles equivocados.
El Maestro nos hace un llamado a nuestra misión cotidiana, y nos calma las urgencias y los apuros que suelen asaltarnos porque -insistamos en esto- no somos el Dueño del mar.
¡Paciencia, pescadores! Las redes mantienen a los peces con vida, a los buenos y a los malos, y tenemos por mandato una aparente ingenuidad que es santa: siempre está latiente la posibilidad de que muchos peces que descartaríamos desde el vamos, se vayan transformando. Son redes en las que los peces -buenos y malos- viven, y mientras se viva, a pesar de nuestras urgencias, hay y habrá una posibilidad.
No debemos confundir roles, el mar no es nuestro y el mundo tampoco.
Las redes deberán tejerse con esmero, aún a riesgo de tormenta, a pesar de que todo indique que pueden reventar y deshacerse por la cantidad de peces.
Son redes extrañas, redes cada vez más eficaces en tanto que puedan recibir cada vez más peces, redes de inclusión, redes de diversidad.
Esas redes son el llamado escandaloso e irreverentemente sagrado del Reino, en donde nadie ha de quedar fuera)
Paz y Bien
Las viejas heridas
Hace 4 horas.
2 comentarios:
Ricardo magnifica tu entrada, siempre
aprendo al visitarte.
¡Muchas gracias!
Bendiciones!!!
Y yo Marian, cada día aprendo que somos una familia grande en la que florece la generosidad
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
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