Para el día de hoy (27/07/11):
Evangelio según San Mateo 13, 44-46
(Ya está allí, escondido y esperando espectante a que se lo descubra.
Lo puede encontrar quien inmerso en las idas y vueltas del trajín diario, de repente y de modo inesperado descubre que en su cotidianeidad hay algo tan valioso -hasta ese momento invisible- que todo cobra nuevo sentido y es bueno y necesario vender todo, es decir, dejar atrás cierta manera de ver las cosas y emprender un andar nuevo con mirada renacida.
Lo puede encontrar también el buscador incansable, el que toda su vida es búsqueda tenaz y sin desmayo. Puede ser que en su discurrir ya haya paladeado en algún momento el sabor del mejor de los vinos, el brillo de la perla más valiosa. Pero ahora se ha encontrado la perla definitiva y nó de modo casual: el encuentro es fruto del buscar paciente, a veces infructuoso pero siempre sostenido en la esperanza.
Está allí.
Tiene el perfume irrevocable de la gratuidad, y quizás nos haga falta recuperar una mirada de niños, esa mirada capaz de regocijarse infinitamente cuando descubre los regalos, y la ternura inexplicable de ese Dios que es Padre y Madre)
Paz y Bien
Las viejas heridas
Hace 3 horas.
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