Para el día de hoy (21/07/11):
Evangelio según San Mateo 13, 10-17
(Eran y son demasiados los que no comprendían ni comprenden/mos a Jesús.
Atados a la especulación constante, esclavos de los esquemas y prejuicios, se impone la razón y comienzan los problemas. El corazón se vá cerrando.
Así sucedía y sucede con las parábolas, el modo más sencillo y profundo que utilizaba el Maestro para revelar las cosas de su Padre, los misterios del Reino.
Sus palabras resultan de inusual dureza: a escribas y doctores las verdades se le ocultaban, mientras que se presentaban diáfanas a las gentes más sencillas. Por ello mismo había afirmado con claridad que la Buena Noticia se iba revelando a los más pequeños...
La raíz es la misma, es una cuestión cordial: a partir de cuestiones de la vida cotidiana, se abren las puertas del asombro, la gratificación que produce el saborear la verdad y entonces se nos ensancha el pecho.
Por ello mismo y desde allí, es posible inteligir varios niveles de profundidad, que en la santa ilógica del Reino, implica despojarse de preconceptos, peinarse de asombro y animarse a vivir una vida plena, desterrando cualquier asomo de supervivencia.
Desde la sencillez de la oración confiada al misticismo, todo es fruto de la semilla que germina y se nos crece si limpiamos esta tierra fértil -que a todos se nos ha dado- de piedras y espinas.
El Sembrador tiene buena mano y su confianza en el rendimiento de nuestras cosechas por treinta, por cien será horizonte y destino.
Cada día es nuevo comienzo si nos volvemos a aferrar a Aquél que nunca nos abandona a nuestra suerte)
Paz y Bien
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4 comentarios:
¡Que hermoso lo explicas,! Tenemos que amar
como tu bien dices tanto la "PALABRA".
Aferrarnos a aquel que nunca nos abandona...
¡Muchas grcias!
Dios te bendiga siempre.
Un abrazo en Cristo.
¡Que Tu Espíritu Santo, Señor nos ayude a encontrarte al inicio y al final de cada día!...
Un abrazo querido amigo.
Dios te bendiga!
Dios te bendiga a tí, querida Marian, y que la Palabra siga floreciendo y dando frutos en tu corazón
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
La verdad, Alicia, no sé si hay mucho más de lo que preocuparse que de eso que tan bien expresás: encontrarnos a Dios en el Espíritu al inicio y al final de cada día, la cotidianeidad inundada de eternidad
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
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