Santa Marta
Para el día de hoy (29/07/11):
Evangelio según San Juan 11, 19-27
(La Bethania de este pasaje se encuentra my cerca de Jerusalem, no más de tres kilómetros; son muchos los que van a acercar su pésame a las hermanas de Lázaro.
María está entre esas gentes que vienen a presentar sus respetos frente a la muerte, con la congoja cierta de saber que la muerte es el final.
Por el contrario, Marta sale al encuentro del Maestro: Jesús no ingresa a esa estancia en donde bulle la solidaridad para con la muerte.
Su presencia siempre desata ataduras, y nacen cosas nuevas: en el caso de Marta, una confesión de fé que supera cualquier razón. En el caso de los visitantes, no expresarán palabras pero dirán mucho más corriendo la piedra pesada de la sepultura.
Este pasaje, que desembocará en Lázaro redivivo, relata previa y plenamente la Pascua de Marta.
Ella pasa de un Jesús sanador y taumaturgo a un Cristo dador de vida.
Ella supera esa imagen mezquina de un Jesús mediador eficaz ante Dios a un Cristo plenamente identificado con su Padre, Dios que se hace presente en la historia, Dios con nosotros.
La vuelta a la vida de Lázaro acontece primero en Marta: ella descubre que en Jesús se encuentra la vida en plenitud, por lo que esa resurrección que supone en tiempos finales sucederá ahora mismo, cada día, en ella misma y no sólo en su hermano. La vida plena desplaza a la muerte.
Allí vendrá la confesión que es confianza plena y no mera declamación dogmática.
Allí sucederá ese mandato nuestro de correr toda pesada piedra que mantenga sepultados a tantos hermanos nuestros en tumbas de miseria, de resignación, de desprecio, de olvido, de destrato.
Jesús es la Vida que hace que suceda la Resurrección ayer, hoy y en los tiempos finales)
Paz y Bien
María está entre esas gentes que vienen a presentar sus respetos frente a la muerte, con la congoja cierta de saber que la muerte es el final.
Por el contrario, Marta sale al encuentro del Maestro: Jesús no ingresa a esa estancia en donde bulle la solidaridad para con la muerte.
Su presencia siempre desata ataduras, y nacen cosas nuevas: en el caso de Marta, una confesión de fé que supera cualquier razón. En el caso de los visitantes, no expresarán palabras pero dirán mucho más corriendo la piedra pesada de la sepultura.
Este pasaje, que desembocará en Lázaro redivivo, relata previa y plenamente la Pascua de Marta.
Ella pasa de un Jesús sanador y taumaturgo a un Cristo dador de vida.
Ella supera esa imagen mezquina de un Jesús mediador eficaz ante Dios a un Cristo plenamente identificado con su Padre, Dios que se hace presente en la historia, Dios con nosotros.
La vuelta a la vida de Lázaro acontece primero en Marta: ella descubre que en Jesús se encuentra la vida en plenitud, por lo que esa resurrección que supone en tiempos finales sucederá ahora mismo, cada día, en ella misma y no sólo en su hermano. La vida plena desplaza a la muerte.
Allí vendrá la confesión que es confianza plena y no mera declamación dogmática.
Allí sucederá ese mandato nuestro de correr toda pesada piedra que mantenga sepultados a tantos hermanos nuestros en tumbas de miseria, de resignación, de desprecio, de olvido, de destrato.
Jesús es la Vida que hace que suceda la Resurrección ayer, hoy y en los tiempos finales)
Paz y Bien
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