María Magdalena. del amor más fuerte que la muerte


Santa María Magdalena

Para el día de hoy (22/07/11):

Evangelio según San Juan 20, 1.11-18

(Es aún madrugada, noche de dolor, la pérdida más oscura.
Son las lágrimas que nieblan la mirada, la tristeza que aparenta definitiva y se hace horizonte, no hay nada más que llanto por el que se ha ido.

Pero María de Magdala, inmersa en su dolor no se resigna en la quietud de la nostalgia por lo perdido.
En su noche, en su desconcierto y angustia se mueve, no se ahoga en las honduras de la muerte aún cuando el sepulcro se le hace hogar del Maestro. Ella también ha de hacer su Pascua, su paso de lo evidente a lo cierto, por ello mismo tumba vacía y mortaja abandonada son sólo signos de cuerpo robado.
Aún así, no abandona su búsqueda: busca pues, a su vez, ha sido encontrada y descubierta en toda su estatura humana, en toda su dignidad de mujer por Jesús.

Por ello las preguntas: el llanto refiere a un motivo y la búsqueda a una persona.
No se ha disipado en la turbulencia de una ideología, en el conflicto puro de una religión. Busca a Alguien, y quizás es el símbolo por excelencia de lo que es la fé: creer y buscar a Alguien que primero nos ha encontrado a cada uno de nosotros.

El amor es tenaz, es persistente e, indefectiblemente, es más fuerte que la más fiera de las muertes.
Así entonces, con su rostro húmedo de llanto, reconoce al Maestro pues éste la ha llamado por su nombre, y ese descubrir se hace misión urgente: hay que dar aviso de que Él está vivo.

Con María de Magdala, andamos llorosos, y a menudo sólo vemos signos de muerte cierta.
Pero Él nos llama y lo reconocemos, y los pies se nos hacen alas.
Hay muchos -demasiados- hermanas y hermanos nuestros que sólo saben de tristezas, de llanto, de anocheceres perpetuos, de costumbres mortuorias cotidianas, de que cada noticia -cualesquiera fuera su tenor- ha de ser mala y triste.

Ahí vamos con ella, apurados en nuestra esperanza, corriendo hacia la noche de nuestra gente para dar aviso: Él está vivo, la muerte no tiene la última palabra, no hay que resignarse, hay noticias buenas aún por escucharse)

Paz y Bien

4 comentarios:

Marian dijo...

Pidamos a María Magdalena nos enseñe a amar con
esa locura que ella tenia. Y a entregarnos a Cristo de la manera incondicional que ella lo hizo.
Bendiciones!!!

Anónimo dijo...

Tus palabras son importantes, porque provienen de un corazón que se ha dejado encontrar por ese Alguien que nos ama hasta el extremo. GRACIAS!!!!!

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Y que el Espíritu del Resucitado nos encienda esas mismas urgencias de dar la mejor de las noticias como a ella.
Dios te bendiga con su plenitud querida Marian
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Herman@, gracias por tus palabras generosas. No hay mucho mérito aquí -ninguno, para ser más certero-, sí esa necesidad de no andar escondiéndose a la búsqueda constante que Él hace de nosotros, recuperando toda la fé que Él deposita en nosotros e intentar al menos compartir eso con los demás.
Un abrazo en Vristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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