Para el día de hoy (17/10/10):
Evangelio según San Lucas 18, 1-8
(La figura de la viuda en las Escrituras y en los tiempos de la predicación de Jesús, es la de la persona librada a su suerte, abandonada, sin derechos, sin nadie que la defienda ni proteja, sometida a los caprichos de adversarios que sólo saben de injusticias y jueces inconmovibles al clamor de los pobres y pequeños.
En ella, podemos escuchar los salmos suplicantes de una gran mayoría de la humanidad -humanidad que es el sueño amado del Creador- que ruega sin cesar por una vida y no una dura supervivencia, por que se los escuche, por que se les haga justicia.
Es la plegaria constante y dolorosa de todos aquellos que no pueden encontrar a un Dios que se les hace ausente.
Allí surge la invitación que nos hace el Maestro a no desfallecer.
El Dios de Jesús, su Padre y Padre nuestro, está mucho más allá de nuestro limitado concepto de justicia, y seguramente no se lo encuentra en los tribunales.
Porque ese Dios no se acota a dar a cada uno lo suyo -idea primera de justicia- sino que es Amor expresado en Misericordia.
El Dios de Jesús es Amor, no venganza.
No debemos desfallecer: de allí la persistencia en la oración, que es ante todo respuesta a ese Espíritu que nos hace decir ¡Abbá!, ¡Papá!.
Y es respuesta fiel, con la confianza cierta de niños pequeños. Por ser confianza, no es una repetición pasiva de fórmulas y rituales.
En un mundo sordo e indiferente al sufrimiento de tantos, la justicia de Dios -eso que llamamos Misericordia- comienza desde ese diálogo constante con el Creador, Padre y Madre de todos nosotros, que nos impulsa y sostiene.
Y que en su aparente silencio y ausencia, nos dice desde un vibrante profundidad: -Estoy presente en mis hijas e hijos-
Quizás haya que pensar que la justicia es el fruto mejor de la oración, y que esa oración es vida comprometida por el bien de los hermanos.
Esa oración es la que transforma la vida de raíz y hace presente, aquí y ahora, el Reino que nos ha traído Jesús, nuestro hermano y Señor)
Paz y Bien
Sólo estár....
Hace 6 horas.
8 comentarios:
Gracias por tu compartir es verdad la oración es la herramienta que nos ayuda a caminar la oración es hablar con Dios y de Dios hablar, unidos en oración una vez más y un abrazo frateno
La gran lección de hoy. Toda nuestra vida de cristianos tiene que estar centrada en la oración, sin ella, nada sirve.Un abrazo
"El Dios de Jesús, es Amor..." muchas gracias, a partir de aquí nuestra oración, con constancia, con esperanza, con fe...en el Amor más grande, en Su Misericordia Divina, sólo por Su Gracia. Paz y Bien
SIN ORACIÓN ES DIFÍCIL QUE HAYA JUSTICIA DE VERDAD HONDA Y FRATERNA.
LA ORACIÓN NOS VA DESCENTRANDO Y DESPRENDIENDO DE NUESTRO YO PARA QUE EL OTRO SEA LO MÁS IMPORTANTE. La Justicia está a la base de la misericordia. Y un test de esta oración: el compromiso constante con los que están al margen o son más frágiles.
Un fuerte abrazo y buena semana
Gracias a tí, Lourdes, por tus palabras y tu comunión. Sin oración nos secamos y nos volvemos higueras estériles.
Un abrazo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo
Ese don y ese misterio que es la oración, nos hace superar cualquier distancia y nos reúne en torno a Él.
Un gran abrazo, Ángel, y que el Dios de la Vida colme con su alegría a tí y a tu familia.
Paz y Bien
Ricardo
Bienvenida Tarihiatzi, y gracias por la generosidad de tu mensaje.¡Si descubriéramos que todo es don, que sobreabunda la Gracia, cómo cambiaríamos! Y es así: el Maestro nos insta a no cesar en la oración, tal como Él mismo hacía.
Un fraterno saludo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo
Es una verdad contundente lo que dices: los frutos de nuestra oración se descubren en el grado de nuestro compromiso con los más pequeños e indefensos.
Una excelente semana para tí y los tuyos también, y un fraterno saludo en el Dios de la Vida.
Paz y Bien
Ricardo
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