Para el día de hoy (27/10/10):
Evangelio según San Lucas 13, 22-30
(La pregunta que le hacían a Jesús ha sido una constante a través de distintas épocas, con mayor o menor grado de mezquindad y de soberbia, ajenas a la Buena Noticia: ¿son pocos los que se salvan?... En realidad, es falaz pues se plantea como interrogante pero esconde una afirmación, es decir, han de ser unos pocos los que alcancen los beneficios celestiales.
Pero el Maestro no se deja atrapar en estériles y tramposas discusiones, ni tampoco quiere que nos extraviemos en esos oscuros laberintos. Pues no se trata de cantidades, sino más bien de calidades, es decir, de esa disposición vital que llamamos conversión.
Y más aún: la puerta es estrecha porque amplia es la soberbia y extenso el egoísmo. Sin embargo, acudirán de los cuatro puntos cardinales al gran banquete de la felicidad que no tiene fin y al que todos estamos invitados.
Claro está, en el Sagrado Corazón de Jesús hay invitados preferenciales.
A nosotros nos queda el esfuerzo en esa batalla que hay que dar contra el propio ego.
En la Mesa del Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro ya hay asientos especiales para las viudas de las dos moneditas en la alcancía del Templo, para todos los Zaqueos, para tantos samaritanos silenciosos y eficaces, para los centuriones honestos y sinceros, para los leprosos sanados que regresan y para todos los hijos perdidos, a los que el Padre sale corriendo a su encuentro)
Paz y Bien
Sólo estár....
Hace 4 horas.
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