7 de octubre - Nuestra Señora del Rosario
Cuando decimos Rosario, decimos misterio y Gracia.
Cuando decimos Rosario, decimos jardín de rosas que no perecen para una Mujer muy especial.
Cuando decimos Rosario, decimos cadencia de eternidad que se hace música, y que nos libera del ritmo inhumano de la rutina, que rompe las cadenas que a menudo nos agobian. Decimos música maravillosamente inexplicable, que escapa a los moldes escasos de la razón y a gustos falaces y temporales.
Cuando decimos Rosario, decimos salterio de los pobres, decimos oración de los anawin del Señor, decimos confianza, decimos ternura, decimos liberación.
Cuando decimos Rosario, decimos Madre, Mamá y hermana a la vez, decimos afecto y consuelo.
Cuando decimos Rosario, decimos que entre las cuentas que corren entre nuestras manos, grano a grano, vamos preparando esta promesa de trigo que somos para hacernos pan.
Cuando decimos Rosario, decimos María y decimos Buena Noticia que se hace vida en nosotros rezo a rezo, misterio a misterio, plegaria a plegaria.
En los ojos de la Madre descubrimos la mirada del Hijo, y en sus gestos entrevemos también cómo es Jesús, el hijo de María, hermano y Señor nuestro.
Paz y Bien
Ricardo
Sólo estár....
Hace 4 horas.
0 comentarios:
Publicar un comentario