Desde el agua y el fuego


Para el día de hoy (21/10/10):
Evangelio según San Lucas 12, 49-53

(Cada instante de la vida del Maestro otorga significado e identidad al discípulo, es decir, el sentido que Jesús le pone a su vida ha de ser también el sentido de quien sigue sus pasos.

-quizás de modo más sencillo nos animamos a afirmar que en Jesús está nuestra suerte-

No obstante, no es una cuestión romántica ni de palabras gratas, términos adecuados a un falso dios que calme ansiedades mundanas.

Se trata de morir; el Bautismo entendido como sumergirse en las aguas profundas de la Palabra, implica morir para resucitar a la vida increíble de hijas e hijos de Dios.

Se trata de encenderse, de arder por el fuego del Espíritu... No hay lugar para medias tintas, no hay espacio para tibiezas, la opción es radical y abarca la totalidad de la existencia.

Y ese comprometerse -nada más ni nada menos que hacerse otro Cristo- entraña graves riesgos.
Porque hacer presente el Reino, edificarlo en el aquí y en el ahora es signo de división.
O el Reino o el egoísmo del mundo, no hay una butaca para espectadores.

Quiera el Espíritu incendiarnos y volvernos maravillosamente filosos en la solidaridad, locos en la generosidad y felices esclavos de la Gracia)

Paz y Bien

0 comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba