De cuando dejamos que Él nos sirva

Para el día de hoy (05/10/10):
Evangelio según San Lucas 10, 38-42

(En la vorágine diaria solemos perder el sentido de lo que hacemos, aún cuando estemos impulsados por ansias de servir y de hacer las cosas bien.

Entonces surge la queja porque se ha quebrado la escucha y, por lo tanto, el diálogo.
No se trata de contraponer acción a contemplación, que son dos modos de abrirnos a lo divino. Por eso el Maestro no reprende a Marta, antes bien la trata con ternura y la hace recuperar su centro perdido.

Y tiene un gesto maravilloso, fantástico, revolucionario: en ese entonces -¿tal vez hoy?- era imposible que una mujer tomara la actitud atenta de un discípulo; ellas estaban relegadas a tener hijos y a las tareas de la casa, sometidas a los mandatos del esposo y al menosprecio de la ley mosaica.
Sin embargo María está a sus pies, en escucha atenta, dejándose invadir por la Palabra de Vida.
Jesús alaba su actitud, y más aún: lo que recibe María no le será quitado... Quizás porque ha sido capaz de recibir la herencia eterna que el Padre ha dado a todas sus hijas e hijos.

Otra María, unos treinta años antes y para toda la historia -de generación en generación- supo escuchar esa Palabra y hacerla Vida.

Para todos los que a menudo nos afanamos y angustiamos en hacer múltiples cosas: tal vez sea tiempo de andar pensando si es mejor no preocuparnos demasiado por lo que hagamos por Él, sino más bien si permitimos -nos permitimos- todo lo que Él quiere hacer por nosotros.

A sus pies, desde un silencio atento, todo cobra otro sentido y recuperamos la trascendencia del servicio al hermano, dejando de lado toda rutina que nos vuelve autómatas estrictos)

Paz y Bien

2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Creo que es es la clave, Ricardo, dejar que el ESPÍRITU haga en nosotros.

Sin darnos cuenta tomamos el papel de protagonista, y hasta corregimos el guión. Metido en el papel lo vivimos tal cual creemos debemos hacer, y no dejamos que nos llegue la voz del Director, que nos aviva a escuchar, a atender y dejarnos conducir.

Es hora de escucha atenta y de acción injertada en ÉL. Cómo Pablo, no soy yo sino ÉL que vive en mí.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Anónimo dijo...

Creo que embas son necesaria, pero tiene la razón que muchas veces perdemos el sentido en mas hacer que el ser estamos en tantas actividades que muchas veces nos olvidamos de lo más importante que es estar a sola con El Cristo jesús un abrazo y unidos en oración

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