Para el día de hoy (03/10/10):
Evangelio según San Lucas 17, 5-10
(Del mismo modo que los discípulos aquella vez, somos prisioneros de nuestros acotados esquemas.
No somos capaces de desterrar esa arraigada y malsana tendencia al capitalismo de los méritos, a la acumulación de recompensas a cambio del cumplimiento de mandamientos al modo de un reglamento. Esa triste costumbre de mirarnos sin vernos y creernos el ombligo del universo, nos torna incapaces de descubrir en nosotros la Gracia, lo gratuito, lo dado por pura bondad y amor.
En esa inercia de medidas varias, se vuelve lógico rogar -¡Señor, auméntanos la fé!-, como si la fé -que es don y misterio, total Gracia- fuera mesurable, una cuestión netamente cuantitativa.
Por eso la respuesta desmesurada del Maestro: con la fé de un minimo grano de mostaza se mueven montañas.
Quizás, la clave de la existencia pase por allí: la fé es don, y se acrecienta cuando el ego disminuye, cuando el centro de la vida deja de ser el yo para pasar a ser Él, y poder llegar plenos al nosotros.
Y allí sí, en egos minimizados y corazones engrandecidos, ese don se vuelve humilde grano de mostaza que nada ni nadie puede detener su germinar.
La vida cambia su signo, y sólo cobra sentido desde el servicio al hermano.
Como ladrones felices en el Reino, quiera el Espíritu volvernos eficaces y alegres siervos inútiles, locos entregados sin medida por los demás.
Entonces sí, podremos exclamar -vacíos de todo interés propio- ¡Señor, auméntanos la fé!-.
Que el grano de trigo muera, crezca y florezca para volvernos mujeres y hombres de pan)
Paz y Bien
Sólo estár....
Hace 7 horas.
3 comentarios:
Ando escaso de palabras;
Y tú, como siempre, me dejas almiabierto
Alguna, de ella, saldrá
Gracias por ayudarme a ello
En el Amigo,
al + mc
¡Gracias Beatriz! Que tengas una mansa semana
Paz y Bien
Ricardo
No hermano, yo no tengo muchas cosas que aportar. Alguna vez creo que te lo mencioné, pero vale -y cada vez, a puro golpe, lo voy entendiendo- soy un simple bolígrafo, y de muy baja calidad.
Si hay algo bueno, es por la pura bondad de ese Amigo incondicional.
Habitualmente somos mudos de todo logos; por eso -quizás- es que la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, para recuperar el habla.
Que el Espíritu haga fecundo tu silencio y puedas decirnos lo que se acrecienta en tu corazón.
Gracias mi hermano por tu presencia
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
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