Para el día de hoy (30/09/11):
Evangelio según San Lucas 10, 13-16
(Las conocemos, de un modo u otro. Van creciendo a lo alto, hacia cimas altísimas de tecnología, poder y cantidad de habitantes. Sin embargo de un modo directamente proporcional, se van sumergiendo en simas de inhumanidad, de rechazo, de exclusión.
Poseen muchos sitios esplendorosos, nuevos templos en donde sacerdotes del dios mercado pontifican acerca de la viabilidad de naciones, condenando sin piedad a millones a la miseria, a la indignidad del desempleo, a la sumisión de pueblos enteros a variables financieras que poco tienen de humanas.
En sus bordes, arrumbados en gigantescos desvanes citadinos, muchos agonizan amontonados en soledad y abandono. Son los que sobran, los que no cuentan, los siempre sospechados.
Los abordajes pueden ser oscuros o floridos, mirados desde varias perspectivas: es claro, lo que no resiste el menor análisis es que se han vuelto crecientemente inhumanas -tal vez nosotros también-.
Aún así, en estas tristezas metropolitanas palpita escondida y humilde la esperanza.
Los milagros no sólo son posibles, sino que los podemos descubrir en nuestra cotidianeidad.
Jesús se ha identificado absolutamente con los discípulos, está unido intrínsecamente a todos y cada uno de nosotros.
No hay bien mayor: Dios mismo vive en tí, en mí, en vos y en ella.
A Dios se le encuentra y descubre en el otro)
Paz y Bien
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