Para el día de hoy (01/10/11):
Evangelio según San Lucas 10, 17-24
(Los enviados volvían plenos de entusiasmo: había visto cómo se abrían paso por sobre todo mal, sobre todo dolor.
Descubrieron que llevar el mandato del Maestro era eficaz, es decir, podían hacer ellos mismos lo mismo que Jesús. Y no habría ni acechanzas de maldad, ni venenos mundanos que les hicieran daño: estaban increíblemente protegidos sus corazones.
Jesús comparte todo con los suyos, sus penas y sus alegrías; Él también se viste con la alegría de sus compañeros. Sin embargo, sin querer enfriar su entusiasmo les abre los ojos con una advertencia que vige también para todos nosotros: lo que cuenta es estar vivo, vivo en plenitud, y que perdure la increíble ternura y misericordia de Dios en nuestras pequeñas existencias.
Es menester liberarse de las cadenas de éxitos y fracasos...más aún, quizás la vida cristiana implique -ante todo- ponerse abiertamente del lado de aquellos a los que el mundo considera perdedores, los que no cuentan, los que se desprecian y descartan.
Y cuando se pierda el rumbo, y se nos extravíe la mirada bondadosa del Abbá Padre de Jesús y Padre nuestro en los trajines de la vida diaria, volvernos decididos hacia los más pequeños, re-unirnos con los humildes y sencillos.
Allí, precisamente allí, Él nos está aguardando.)
Paz y Bien
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