Rasgos mateanos

San Mateo, Apóstol y Evangelista

Para el día de hoy (21/09/11):
Evangelio según San Mateo 9, 9-13

(Los publicanos eran tratados con especial y dedicado desprecio por sus paisanos: sentados a sus mesas recaudaban tributos para el ocupante imperial, y a menudo, su actividad era un foco de corrupción y abuso. Ellos abusaban de sus funciones y su poder en provecho propio y en desmedro de campesinos y jornaleros, con lo cual acumulaban groseras fortunas. Por ello mismo estaban moralmente considerados en una escala por debajo de las prostitutas.

En los otros Evangelios el publicano de la Palabra para el día de hoy es llamado Leví: aquí se llama Mateo, que en sus raíces significa "Don de Dios", y este nombre es precisamente un signo que debe llamarnos imperiosamente a la reflexión corazón adentro.

Jesús ha venido en misión de salvación y socorro, la más humana de las misiones y que es rescatar a los perdidos, a los lastimados, a los enfermos de sus miserias, egoísmos y mezquindades.
Es claro: las palabras de Jesús molestaban y causaban enojosos asombros, y al día de hoy producen cierto escozor. Porque el pecador, el extraviado -aún culpable de lo más abyecto- ha de ser considerado don de Dios para la comunidad, signo cierto de que la comunidad es abrazo y salvación, no rechazo, no consorcio cerrado para unos pocos pretendidamente puros y salvos.

Quizás entonces la Iglesia como comunidad y familia creciente sea precisamente el ámbito en donde todos nos descubramos con rasgos mateanos, pecadores rescatados de los brazos de la muerte diaria, sanados de las heridas que sufrimos y de las que solemos infringir.
Tal vez allí, saliendo de nuestros fangos nos encontremos hermanas y hermanos, porque en medio de nuestras noches -hasta en la más cerrada- prevalece la Misericordia.

Pablo lo sabía bien, y es menester recordarlo a cada instante: donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia)

Paz y Bien


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