De lo dado sin medida


Para el día de hoy (15/04/10)
Evangelio según San Juan 3, 31-36

(Él ha venido de lo alto, y está por encima de todos.
Sin embargo, se ha hecho servidor y esclavo de cada mujer y cada hombre.

Él habla palabras que no se dispersan en el aire, solo Él tiene palabras de eternidad.

Él es totalmente transparente: dá testimonio fiel de lo que ha visto y oído de su Padre. Están unidos de tal modo que quien lo vé a Él vé a su Padre.
Jesús es Dios y Dios es Jesús.

Quien lo reciba a Él y acepta su testimonio, se convierte en fedatario de la verdad que libera, Dios con nosotros.

Todo ha sido puesto en sus manos, absolutamente todo en esas manos traspasadas por dos clavos hechos de hierro y pecados.
Le ha sido dado el Espíritu sin medida.

Y por una cuestión sencilla -nosotros somos los que constantemente tendemos a opacarnos, a complejizar todo- no se queda con nada de lo que le ha sido dado.
Todo lo que le ha sido dado, todo lo dá, ahora, hoy mismo, en este preciso instante.

La Salvación sucede en este momento que escribo, en este momento que lees.

Él nos dá a cada uno de nosotros todo lo que a su vez el Padre le ha entregado.
No hay que hacer méritos, acumular puntajes ni aumentar el haber en la cuenta de la virtud.

Se trata de permitir que ese Espíritu dado gratuitamente, sin medida, en este momento, nos transforme en nuestra totalidad mental, espiritual, corporal.

Ese don infinito e increíble que es la expresión creadora del Amor de Dios es que nos hace decir ¡Abbá!, nos hace orar. Las primacías, los primeros pasos siempre son de Él hacia nosotros.

Y en clave de misión, es ese Espíritu que hoy nos impulsa a llevar el mensaje de perdón y reconciliación que salva y sana, que pone fin a la esclavitud y al hambre de tantas hermanas y hermanos nuestros.

Hálito de vida que nos sostiene, Fuerza de Dios que alienta la vida plena y abundante, Espíritu del Resucitado regalado a nosotros sin medida para que la vida prevalezca desde ahora mismo y en la eternidad también)

Paz y Bien


2 comentarios:

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

En elmmismo momento que Cristo resucita,ya recibimos ese impulso para permanecer en la espera de Consolador. Las palabras de Jes´su casi nunca son entendidas y doy mucho mérito a sus discípulos que le siguieron hasta la mueret sin saber bien , bien dónde les llevaría la fe que les confirmo la venida del Espíritu Santo.
Gracias por su ex`posición.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Mi estimada sor Cecilia, quizás sea nuestro destino de mujeres y hombres de fé seguir caminando los caminos de Jesús aún cuando no sepamos o no entendamos bien adonde nos llevarán nuestros pies.
Dios la bendiga, ilumine y proteja.
Un fraterno saludo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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