Con sabor a eternidad

Para el día de hoy (22/04/10)
Evangelio según San Juan 6, 44-51

(El significado de Pascua es, ante todo, paso: paso de la esclavitud a la libertad, paso de la muerte a la Vida.
El Maestro nos realiza una invitación sin precedentes, increíble, maravillosa: una Pascua personal -que nunca estará desligada de lo comunitario- en donde pasemos de la mera supervivencia a la vida, y vida en plenitud.

La supervivencia supone alimentarnos, ingerir alimentos con determinadas cualidades y sabores... Pero esta Vida plena a la que todo ser humano, sin distinciones, está llamado le pertenece pura y exclusivamente al Dios de la Vida.

La eternidad, la vida sin límites, sin muerte, sin degradación, plena, abundante y desbordante es exclusiva del Altísimo.
Pero ese Dios no se comporta de un modo lógico.
Siendo Altísimo y Todopoderoso se "abajó", se hizo uno de nosotros. Y como si no fuera suficiente, se hizo esclavo y servidor de la humanidad.
Por un amor inefable, quiere compartir con todos y cada uno de sus hijas e hijos esa vida plena, eterna, sin final.

Así como para la supervivencia hace falta ingerir pan que cocinamos en nuestros hornos, para esta Vida total debemos paladear otro Pan.
Un Pan que tiene sabor de eternidad.
Cristo mismo hecho alimento para la Salvación, ese Jesús hermano de todos, buenos y malos, justos y pecadores, que inaugura los tiempos de la Gracia y la Misericordia.

La maravilla del acto de fé -que es también regalo de ese Dios Amor- implica comenzar a participar aquí y ahora en una vida nueva que proviene de Dios, acción de gracias que llamamos Eucaristía y que es don y compromiso.

Allí sucede a diario el milagro)

Paz y Bien

2 comentarios:

José Luis Carvajal dijo...

MUY BUENA REFLEXIÓN, UN ABRAZO FRATERNO.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, padre José Luis.
Unidos en el Espíritu que nos congrega, te mando un abrazo en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

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