Día de bodas, anuncio del fin de los imposibles

Solemnidad de la Anunciación del Señor

Para el día de hoy (25/03/10)

Evangelio según San Lucas 1, 26-38

(Era una muchacha desconocida de ascendencia real que vivía semioculta en la ignota Nazareth.

De tan pequeña, era preciso que el Evangelista rescatara para la historia su nombre, conocido quizás sólo por Dios.

María.

El Dios del Universo, el Todopoderoso se inclina ante la pequeñez y fragilidad de esa muchacha.
Y como si fuera poco, le pide permiso...

María no teme: ante el saludo del Mensajero se siente confundida porque quizás no entiende, pero aún así confía.

El Mensajero no atropella: trae el mensaje del Altísimo -¡Alégrate, llena de Gracia!
Es el comienzo de un tiempo nuevo, es el retorno definitivo de la alegría plena, es la llegada de la Gracia, de lo dado gratuitamente por pura bondad.

En mensaje supera lo increíble: Ella será madre de un Niño Santo, de un Niño que será la Salvación esperada por siglos, de un Niño que será rey, de un Niño cuyo Reino no tendrá fin.

María abre su corazón, revela sus deseos, muestra sus limitaciones...
Pero no hay nada en ella que obste a esa ternura indecible del Dios en el que cree, ni su alma, ni sus miedos, ni su mente.

Todo en ella está disponible para ese Dios... que se pone a su disposición.

El universo entero, la creación toda, la humanidad en toda su historia contuvo el aliento.
La Vida había sido puesta en manos de esa mujer pequeñísima.

Pero Ella nunca defrauda, ni a su Dios ni a nosotros sus hijos. Sabe que nada es imposible para Dios:

-Yo soy la esclava del Señor, hágase en mí según has dicho-

Con ese Sí!, María inaugura las bodas de Dios con la humanidad.
Ella será la Madre de ese Hijo que es Dios, y que rescatará a sus hermanas y hermanos de la esclavitud del pecado, enseñando, muriendo y resucitando.

El Anuncio del Mensajero y la respuesta confiada de María inauguran los tiempos de Dios y el hombre, una alianza nueva que no podrá quebrarse.

Dios se ha inclinado y le pide permiso a sus criaturas, a nosotros.
Y de nuestra respuesta -eso que llamamos fé- depende que sucedan los milagros.

El "no se puede" vá camino del olvido, es el tiempo nuevo de Buenas Noticias: ya no habrá más imposibles.

Dios con nosotros, Dios entre nosotros por el Sí fértil de esa Mujer)

Paz y Bien

2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Sí, pero tenía otros planes... tengo que hablar con mi novio... tengo que pensarlo porque es mucha responsabilidad... Son respuestas que cada día recibe el ESPÍRITU de muchos/as que son llamados o escogidos para una determinada misión.

Hoy, día de la Encarnación, me pregunto si realmente estoy haciendo lo que el ESPÍRITU quiere de mí, y me preocupo por ello.

Quiero, como María, decir "SÍ", pero me siento débil, pecador y confundido. Sólo me queda reconocer mis temores, mis pasiones, mis egoísmos y entregártelos, ¡SEÑOR! con la esperanza de que el ESPÍRITU los transforme y, liberado, sea capaz, como María, de responder a tu llamada.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Un deseo, querido hermano y amigo, de una Semana Santa plena en Jesús y fértil como el Sí de María
La bendición del Dios de la Vida para tí y tu familia.
Un abrazo en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

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