Para el día de hoy (23/02/10)
Evangelio según San Mateo 6, 7-15
(Aún en la crítica, el Maestro enseña y revela.
Aún cuando nos aferremos a palabreríos vanos, a la repetición de frases estipuladas que creemos palabras mágicas mediante las cuales obtendremos los favores divinos, aún con eso, Dios sabe lo que nos pasa, sabe lo que nos hace falta antes de pedírselo.
Y no sólo eso: Dios es Abbá.
No Padre... Papá
Sólo desde un alma de niños quizás lo comprenderemos -por eso Él mismo nos diría que si no nos hacemos como niños no entraremos en el Reino de los Cielos-.
Y como niños, debemos aprender a hablar.
Ese aprender implica ante todo una disposición del corazón hacia ese Dios que nos revela un rostro de ternura y misericordia.
Y las palabras: el diálogo con Abbá nace del Espíritu que sopla primero en nosotros, y viene nuestra respuesta.
Y con Jesús, hacemos nuestras las cosas de Dios que también son las cosas de nuestros hermanos.
Decimos Abbá y decimos Abbá nuestro, y al pronunciarlo hacemos profesión de fraternidad en una raíz común, un Dios que ama.
Un Dios totalmente otro, inabarcable, infinito y eterno que se ha hecho uno de nosotros.
Rogamos que se santifique su Nombre, como en la plenitud de los cielos aquí entre nosotros.
Rogamos que se haga presente su Reino aquí y ahora, y al suplicarlo afirmamos su realidad y desechamos cualquier abstracción: queremos que Él reine en nuestras almas y que ello se traduzca en la vida diaria.
Rogamos que se haga su voluntad, la vida plena, la justicia, la libertad, la fraternidad, el amor.
Rogamos que no falte el pan en ninguna mesa, y que no nos falte el pan de Su Palabra, y con ello rogamos hacernos nosotros mismos pan para el hermano.
Rogamos que nos perdone, rogamos que su misericordia nos libere de rencores y cargas que nos impiden reconciliarnos con quien estamos alejados, y que nos enseñe a perdonar del mismo modo que Él lo hace con nosotros, sin medida y con generosidad infinita.
Rogamos que no nos deje caer en la tentación del egoísmo, del yo por delante del nosotros y que nos libre del mal, de ese mal al que nos abrazamos a menudo bajo mil pretextos.
Abbá de Jesús, Abbá tuyo, Abbá mío, Abbá nuestro.
Con Él y desde Él, el deseo de reencontrarnos con sus cosas que a la vez, son las cosas del hermano, en especial del que sufre, del olvidado, del despreciado.)
Paz y Bien
Las viejas heridas
Hace 5 horas.
4 comentarios:
GRACIAS CON LA SENCILLEZ QUE NOS PRESENTA PARA QUE SEAMOS FERVIENTES EN LA ORACIÓN, ASÍ NOS ESTIMULAMOS LOS UNOS A LOS OTROS A SEGUIR A JESÚS QUE ORABA A SOLAS CON SU PADRE.
SOR.CECILIA CODINA MASACHS O.P
Ruego que despojado de todo apego sea siempre capaz de pedir "hagase tu Voluntad y no la mía", porque de esa forma tendré siempre la seguridad de no equivocarme.
Nuestro PADRE, como todos sabemos, sabe lo que necesitamos, pero supongo que, por el hecho de crearnos libre, querrá oírlo de nuestros propios labios.
Y sobre todo, escuchar y observar como trascurre mi vida y sus acontecimientos, porque será ahí donde el SEÑOR me quiere hablar y acompañarme como nos enseñó JESÚS.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Gracias a usted, mi muy estimada sor Cecilia, por su comunión, su aliento y su presencia.
Dios la bendiga y acompañe, y un especial deseo de una Cuaresma fructífera y santa.
Paz y Bien
Ricardo
Así es, mi querido amigo, espera escucharlo de nosotros...porque confía en nosotros, ¡cree en nosotros!
Que tengas junto a tu familia una Cuaresma plena en gracia y paz.
Un abrazo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo
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