Para el día de hoy (19/02/10)
Evangelio según San Mateo 9, 14-15
(Hay una inveterada costumbre de asociar ritos de cuaresma a un rictus severo y a un clima de duelo y tristeza.
Quizás esté bastante lejos de las enseñanzas del Maestro, en especial la observancia de ritos porque sí, quedándonos en la repetición exterior despreocupándonos de lo más importante, el corazón que busca a Dios y que les dá valor y sentido.
Entre estas prácticas, la Palabra del día de hoy nos habla de la observancia del ayuno: en tono crítico, discípulos del Bautista inquirían a Jesús el porqué de la no observancia del ayuno por parte de sus discípulos... Una indirecta, sin dudas, pues la aparente laxitud de los Doce en el cumplimiento de las costumbres era directamente adjudicable a Jesús.
Pero no entendían: los discípulos no tenían necesidad de ayunar, pues el Dios que se había desposado con la Humanidad vivía con ellos.
Estando presente la alegría -Jesús mismo- no son precisas las prácticas penitenciales, antes bien, hay que vivir en plenitud esa alegría.
Por eso será válido el ayuno cuando el Esposo les sea arrebatado.
Por eso es necesario ahora el ayuno.
Para despojarnos de todo lo excesivo, para purificarnos de todas impurezas que nos impiden translucir la luz divina, para recuperar la alegría de sabernos hijos y hermanos.
Pero no es una práctica más: de nada vale el rito si no está acompañado de una vida transformada en ofrenda.
Por eso el ayuno será camino de alegría si se orienta a la identificación con el hermano que sufre, si es no sólo privarse de alimentos sino también de las propias necesidades y hacer nuestras las necesidades del oprimido, del cautivo, del huérfano, del excluído.
En ellos resplandece el rostro de Cristo.
-esta Cuaresma es el tiempo por excelencia para plantearse si santificamos el ayuno, o sea, si nos privamos de comida junto a Jesús para que al menos una hermana o un hermano no pase hambre-
Y si Cristo está entre nosotros ¿hay otra posibilidad que no sea la de alegrarnos y sabernos perdonados?)
Paz y Bien
Ayuno y alegría
Contenidos:
Cuaresma 2010,
Evangelio para cada día
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