Para el día de hoy (16/02/10)
Evangelio según San Marcos 8, 14-21
(Jesús vá en la barca con sus discípulos. Vá en la barca con nosotros, los discípulos del hoy.
La barca -que a veces se estremece por tormentas de una fé que vacila o por los temporales de nuestras miserias- es la vida personal, es la vida comunitaria, es la vida como familia que llamamos Iglesia.
Pero en este navegar, nuestro vivir y peregrinar, contamos de manera permanente e incondicional con la presencia del Maestro a bordo.
Y allí, escasos del pan que alimenta el cuerpo y del pan que alimenta el espíritu -a causa de nuestras torpezas- Jesús nos previene.
Hay que andar con cuidado, hay que cuidarse de las otras levaduras, la de los fariseos y la de Herodes.
Esa levadura corrompe.
Es levadura que no hace crecer la masa hacia arriba, para que se multiplique el pan; es levadura espúrea que no fermenta la masa, sino que la agranda hacia abajo, haciéndola rancia y tóxica.
Es levadura sin destino de pan.
Es levadura que se traduce en hipocresía, es levadura de apego desmedido a las formas sin contenido, es levadura que pretender encerrar a Dios en una idea, es levadura que desprecia al hermano que no pisa la misma baldosa de soberbia que yo, es la levadura de aferrarse al poder y a la corrupción.
Es levadura de muerte.
Hay que cuidarse de no falsear ni mentirse; nos sucede lo mismo que a los Doce, y resuena la voz del Maestro.
Los signos de la abundancia de la Gracia y la vida nueva están allí, aquí y ahora, hoy mismo.
Quiera el Espíritu guiarnos para estar atentos, para no corrompernos y para nosotros mismos convertirnos en levadura del Reino, haciéndonos pan para el hermano que más nos necesita.
Discípulos y servidores de la Buena Noticia es ser la levadura de Jesús)
Paz y Bien
Las otras levaduras
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