Para el día de hoy (20/07/10):
Evangelio según San Mateo 12, 46-50
(Él estaba rodeado de una multitud, que bebía sus enseñanzas.
Allí fuera estaban su Madre y sus parientes. Tal vez no podían pasar por el gentío, tal vez la intención era sacarlo de allí; quizás sólo querían recordarle su origen.
Hay una actitud que se repite, traducida de muchos modos a través de la historia: que Jesús le pertenece a un clan, grupo, familia, religión o Iglesia determinada.
Es difícil negar la tentación de creer que Él es sólo nuestro...
Pero con el Apóstol de los Gentiles, afirmemos: Cristo es todo en todos.
Los parientes se quedan fuera esperando que se someta a los reducidos cánones de la tribu; sin embargo, con un gesto Él los invita -y nos invita- a ir más allá de los lazos biológicos.
No hay que apresurarse en caer en razones falaces, en argumentos que induzcan a error: el Maestro no está aboliendo los lazos familiares tradicionales, sino que abre una puerta para que desde ellos, se haga más profunda y trascendente nuestra relación con los demás.
Así como se puede llegar a un conocimiento profundo del otro en el seno familiar, así es su convite: escuchar -que no oír- la Palabra y hacerla vida.
Encarnar en la existencia, en cada latido, en el recorrido de la sangre la Buena Noticia.
Es decisión cordial; es una gran familia en la que cada uno de sus integrantes es reconocido en su identidad y como tal, se vuelve único, irrepetible, sagrado por una cuestión primordial de filiación.
Tiempo nuevo para la Humanidad en la que toda mujer y todo hombre puede reconocer en el otro a un hermano a partir de su origen: un Padre común.
Quizás haya que volver a descubrir con ojos plenos de asombro a esta gran familia a la que hemos sido invitados, y que llamamos Iglesia)
Paz y Bien
Sólo estár....
Hace 1 hora.
1 comentarios:
Gracias nuevamente, hermano, y sigamos adelante que Jesús camina con nosotros.
Un abrazo
Paz y Bien
Ricardo
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