Para el día de hoy (21/06/10)
Evangelio según San Mateo 7, 1-5
(No hay otro modo de vivir la Buena Noticia que no sea en común unión.
Si no somos capaces de trascender el individualismo en boga, derrotar al egoísmo y salir de nosotros mismos al encuentro del otro, esto es, permitir que surja la comunidad, la Novedad permanente de Jesús se nos vuelve una rutina que tiene mucho de costumbre automática e irreflexiva... pero poco o nada de buena, y menos aún es una esperanzadora Noticia que a diario transforma la totalidad de la existencia.
Portamos demasiadas vigas en los ojos que nos enturbian la mirada y que impiden la transparencia que nos hace descubrirnos tal cual somos para aceptarnos, liberarnos y crecer.
Vigas enormes de preconceptos. Gruesos maderos de la crítica impiadosa.
Todo se vuelve opaco y borroso cuando nos volvemos incapaces de mirar con la mirada de Dios Misericordioso.
Él nos conoce, sabe bien nuestros quiebres, nuestras miserias, nuestras traiciones, nuestras hipocresías. Y aún así nos ama tenazmente.
Quizás nos saquemos esas vigas que nos vuelven ciegos del alma cuando comencemos a ver y mirar al hermano en su totalidad, con sus luces y sombras pero desde la certeza de sabernos hermanos y desde la silenciosa esperanza y alegría de lo que puede llegar a ser.
Mejor todavía: de lo que podemos llegar a ser juntos.
Misericordia tal vez sea eso: el corazón puesto en la miseria, en la cruz que sabe que, a pesar de todo, hay un destino de resurrección, de vida que no se termina)
Paz y Bien
Las viejas heridas
Hace 3 horas.
2 comentarios:
Es verdad, tenemos vigas en nuestros ojos...¡y cuántas!. Tendemos a mirar a los demás buscando sus debilidades y miserias, como huída de nosotros mismos. Sabemos que mirarnos, en cambio, a nosotros mismos nos pondrá frente a nuestros fracasos, nuestras sombras... y sobre todo nuestra falsa imagen de "buenos". Si alcanzamos a destapar este autoengaño podremos empezar a limpiar nuestros escombros interiores... para que una vez limpios nuestros ojos, podamos ver en los demás la bondad que les negamos... y si acaso, ante sus errores alcanzar a decir "Padre, perdónalos -perdónanos- porque no saben lo que hacen". Un abrazo.
Así es, Teresa; es espléndida esa imagen que mencionas de "limpiar nuestros escombros"... Creo que se trata principalmente de eso la conversión y el cambio de mirada, quitar lo inútil y dejar espacio libre para las cosas que no perecen.
Un abrazo fraterno en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo
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