La otra historia








Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Para el día de hoy (29/09/16):  

Evangelio según San Juan 1, 47-51




Vivimos en un mundo donde tiene una altísima preponderancia la imagen, mundos inexistentes a los que las personas deben adecuarse y de las cuales se vive pendiente. Tal vez allí esté la impronta de los medios que han dejado de ser tales para convertirse en fines en sí mismos.

Pero por la fé sabemos que hay otra realidad, otra historia que supera el imperio de lo sensorial y las capas de ficciones varias.
Revelación, precisamente, implica quitar los velos a lo que normalmente se pasa por alto o no se puede ver, y Cristo nos ha revelado el rostro de un Dios que es Padre y que jamás se desentiende de la vida de sus hijos, un Dios totalmente implicado en la historia humana, tejiendo en este tiempo santo y propicio -kairós-, tiempo santo de Dios y el hombre, la eternidad en la cotidianeidad.

Los ángeles vienen a recordarnos esa dimensión trascendente de la historia, que está allí viva y palpitante aún cuando no querramos verla, aún cuando imbuídos por la locura cotidiana la pasemos por alto. Más aún, en el lenguaje bíblico la aparición de un ángel implica la acción y presencia de Dios.

Por eso la devoción a los santos ángeles es un humilde y afectuoso homenaje y memorial a esa realidad trascendente, a esa historia infinita de cielos abiertos, de puente con el Padre. En cada ser humano hay un reflejo de esa historia, una dimensión divina que es preciso cultivar con paciencia, cuidarla con amor, trabajarla con dedicación.

Quién como Dios! Dios es nuestra fuerza, Dios nos cura de todos los pecados.






El infinito, la eternidad, están aquí y ahora fecundando toda esperanza.


Paz y Bien





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