Pan consumido, Pan asumido


Para el día de hoy (10/05/11):
Evangelio según San Juan 6, 30-35

(Pedían -y pedimos- actos portentosos, espectaculares que nos garanticen la credibilidad impuesta por nuestros esquemas.
En este grado de exigencia, el maná del desierto debía ser superado por el Maestro: no había milagro mayor que el de Moisés.

Pero se olvidaban -y olvidamos- que ese pan que llovía era alimento y señal de un Dios que siempre sostiene la vida. Y la vida ha de ser perpetua desde el Resucitado.

La clave es la misma, en aquel entonces y en este presente tan conflictivo: si el pan es un objeto más de consumo, o es don que se asume y transforma.
Y esto es válido para el alimento diario así como también para el Pan Santo compartido, repartido y abundante, Él mismo donándose para sostener la existencia, para que nadie pase hambre.

Los que intentamos profesar a diario esta fé que se nos ha dado, hemos de preguntarnos y cuestionarnos hasta que nos duela eso mismo: si el pan de la Mesa común lo consumimos, o bien si lo asumimos para cambiar, el pan de la Palabra, el Pan del Resucitado que nos transforma y que nos convierte en acción de gracias que se expresa en los hermanos, Eucaristía permanente y humilde que renueva a toda la humanidad)

Paz y Bien

2 comentarios:

Augusto dijo...

Esto de "asumir el pan" me hizo acordar a algo que leí hace tiempo, y lo comparto:

"En el lenguaje cotidiano usamos el ‘a tal persona, no la trago’ y nos ponemos la mano en la garganta.
Nos es fácil sacar la lengua poner la mano para comulgar y tragarnos el Pan, y luego volver a nuestro sitio con recogimiento y dar gracias.
Tendríamos que cambiar la expresión “comulgar” por la de “tragarnos a Jesús”, para caer un poco más en la cuenta de lo que significaría “tragarnos” su mentalidad, sus preferencias, sus opciones, su estilo de vida, su extraña manera de vivir, de pensar y de actuar."

Este tiempo de Pascua tal vez sea un buen momento para empezar a "tragarnos a Jesús", a no solo consumir sino "asumir" su propuesta de Vida Nueva en nuestra vida...

Un fuerte abrazo en comunión, Augusto.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Un mínimo aporte a tus palabras, Augusto: si no somos capaces de "tragarlo", queda detenido en la garganta y, por lo tanto, su vida y su enseñanza se nos limita a la cabeza, es decir, se nos vuelve cosa racional y no Alguien que nos transforma la existencia.
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

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