Para el día de hoy (24/05/11):
Evangelio según San Juan 14, 27-31a
(Naturalmente humano es aquello de resguardar lo dado y retener lo dicho en los momentos previos a su partida de quien se nos ha ido.
Los últimos gestos y palabras de quien se vá muy difícilmente queden en el olvido, y esto lo intuye quien se vá y aquellos que, por ahora, nos quedamos.
Lo sabe el Maestro, lo presienten los discípulos. Jesús se vá para quedarse en forma definitiva -maravillosa ilógica del Reino- y en esa instancia clave y última les deja y desea para todos ellos su paz, Shalom santo.
Sin embargo, su paz no queda relegada a un margen escaso de buenas intenciones, ni tampoco a una paz del tipo mundana.
La paz de Jesús no es la paz del mundo, la paz que solemos conocer.
Esta paz mundana supone la ausencia de conflictos, el equilibrio del poder bélico, la pax romana impuesta por los diversos poderes imperiales desde los césares hasta nuestros días, paz que se impone por la fuerza, paz que a menudo encuentra su hogar primero y natural en los cementerios. Paz decidida por los poderosos desde el miedo y la supervivencia.
El Shalom de Jesús es total, abarca la totalidad de la existencia, el exilio del temor. la abdicación de la cobardía, el saberse valioso por un afecto mayor e infinito antes que por el reconocimiento de los propios méritos, paz que se edifica a diario desde corazones renovados, paz que se propone y no se impone, paz que se expresa desde la mansedumbre y el abandono de todo interés personal, paz que se siembra y crece imparable, contagiosa, hermana gemela de la justicia e hija dilecta de la verdad.
Shalom que es la constante del Maestro y revela la voluntad de Dios Padre y Madre, la plenitud deseada para todas sus hijas e hijos sin condicionamientos, pura ternura de quien es capaz de morirse para que otros vivan)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 8 horas.
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