Para el día de hoy (23/05/11):
Evangelio según San Juan 14, 1-12
(En contraposición a la manifestación diáfana del Reino, al mundo -a nosotros mismos- le cuesta cada vez más ir leyendo, entendiendo y comprendiendo el paso de Dios a través de la historia.
Un paso que no está definido ni acotado a la espectacularidad sino que se expresa en una presencia constante, en los gestos y hechos más sencillos.
Sin embargo, muchos tenazmente persisten en descubrir a cada instante la presencia paterna y materna de un Dios que en su misma esencia es amor. Son los que aman con todo y a pesar de todo, y ven más allá de las apariencias, y reniegan de toda ceguera impuesta, multiplicando la acción redentora y re-creadora del Altísimo en los demás, acercando al alejado, acercándose, haciéndose próximo/prójimo.
Para nosotros, para los que nos falta ver y mirar a ese Dios Padre y Madre bueno que nos sostiene y nos cuida, el Maestro nos regala una clave de aprendizaje: el amor ejercido en todo momento, practicado sin límites, pulsado en cada momento de nuestras pequeñas existencias.
No es sensiblería o romanticismo banal: se trata más bien de salir de nosotros mismos e ir al encuentro del otro, del mismo modo que Jesús, que no ha guardado nada para sí, Dios despojado que vá hombro con hombro en el andar humano.
No estamos solos: su Espíritu nos sostiene y nos alienta, nos dá vida, nos enseña y nos despierta la memoria para recordar en nuestro presente el paso salvador de la Misericordia.)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 8 horas.
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