Para el día de hoy (26/05/11):
Evangelio según San Juan 15, 9-11
(Las comunidades cristianas deberían tener por identidad específica la alegría, abandonando acartonamientos y formalismos vacíos de corazón -al fin al cabo, tomarse las cosas en serio no implica tener necesariamente el ceño fruncido-.
Más aún, la alegría es la bandera que enarbolan los amigos y compañeros de Jesús, nuestro hermano y Señor, distintivo que prevalece más allá de cualquier sufrimiento, inconveniente o traspié. Y desde esa alegría los seguidores de Cristo recrean la vida en la solidaridad, en la generosidad, en la liberación.
No son necesarias demasiadas explicaciones, ni es menester ahondar en razonamientos: mejor es darse cuenta que somos queridos, conocidos y re-conocidos en nuestra identidad única, con todo y a pesar de todo, mas allá de cualquier quebranto, desde la fidelidad y la ternura de un Dios que se revela Padre y Madre desde Jesús de Nazareth.
Es alegría duradera que tiene destino de plenitud -eso que solemos llamar felicidad- pues hunde sus raíces en el amor y en la libertad: se ama sin condicionamientos, abandonando todo interés personal, en entera libertad y más todavía: el bien del prójimo se antepone a todo, y se hace horizonte.
Por esa misma libertad primordial, la alegría está íntimamente unida a la amistad: no existe la amistad por conveniencia -afirmación falaz-, antes bien, la amistad es el salir de uno mismo e ir al encuentro del otro decididamente, liberando espacios en nuestros corazones para que nos habite el Espíritu que da vida.
Nos queda entonces animarnos a enarbolar esa alegría bandera de nuestra identidad cristiana esencial, fundante, señal primera de pertenencia y permanencia)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 9 horas.
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