Visitación, pedagogía del encuentro

Visitación de la Virgen María

Para el día de hoy (31/05/11):

Evangelio según San Lucas 1, 39-56

(María se pone en camino -comienza la Palabra en este día- y es toda una definición espiritual y una declaración de principios: la existencia de mujeres y hombres de fé siempre es camino, ponerse en marcha hacia el otro, con el impulso de Aquel a quien sabemos camino mismo.
Y en ese ir al encuentro del otro, sucede lo impensado, lo maravilloso, trascendencia y profecía porque Dios se revela en lo cotidiano y se hace presente cuando nosotros -a su vez- nos hacemos presencia.

María se pone en camino al encuentro de Isabel -o Elizabeth-, un encuentro entre dos mujeres desiguales, muy desparejas si se quiere.
María es una muchachita campesina de aldea ignota en provincia despreciada -Galilea de los gentiles-, comprometida con un carpintero pobre, con un embarazo sospechoso y peligroso en ciernes.
Isabel es una mujer mayor, casi abuela en su edad, de la Judea de la ortodoxia y el poder, casada con todas las de la ley con un miembro del clero, Zacarías el sacerdote.
Se nos sugiere el parentesco entre ambas: lo familiar entre ellas dos no pasa por lo sanguíneo, sino más bien por ser dos mujeres de fé, un lazo que supera largamente la biología y que salva las distancias y diferencias.
Nos sucede a diario, los encuentros acontecen entre diferentes que deciden acortar distancias.

Los pies descalzos de María se animan en el camino peligroso e incierto de las rutas para una mujer sola: la mueve la solidaridad y la empatía con esa abuela que será pronto madre, con las urgencias de un parto cercano. La solidaridad y el socorro no admiten demoras ni excusas. Pero también sale con prontitud en busca de refugio y protección: la ley mosaica no mira con buenos ojos ni hace gala de compasión y tolerancia para con las madres solteras y los embarazos sospechosos. Una joven madre y su hijo creciéndose en su interior encuentran aliento, alegría y bienvenida por creer, por la esperanza, por la solidaridad que transgrede cualquier mente precavida, parámetros predeterminados sociales y anquilosamientos etáreos.

Es el encuentro de lo antiguo y lo nuevo que no desprecia lo viejo, sino que más bien lo resignifica y lo toma de la mano, echando a andar juntos.
En ese encuentro hay un reconocimiento del otro como tal, y por ello mismo se abren las puertas al asombro, al apacible sobresalto, al júbilo.
Cuando nos decidimos a hacernos presencia, acontece el encuentro y acontece Dios mismo, pues todos somos portadores vivos de esa Palabra que se nos encarna.

La voz de María es fuerte y clara: allí donde dos almas se conjugan por la vida y para la vida, se revela y nos rebela ese Dios que es alegría, que defiende a los pobres, que derriba a ricos y poderosos, que es Misericordia y que se inclina con abierta parcialidad del lado de los más pequeños)

Paz y Bien





2 comentarios:

Marian dijo...

María se pone , en camino. ¡Que actitud de
servicio, ella embarazada, y nada menos que
por tres meses!.
Me uno a María en su canto, para alabar a Dios.
También en mi vida ha hecho obras grandes.
¡Muchas gracias!
Un abrazo.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias a tí, Marian, y que de la mano de María lleguemos a Jesús y al encuentro de los hermanos necesitados.
Un abrazo
Paz y Bien
Ricardo

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