Con la cruz por cayado


Para el día de hoy (16/05/11):
Evangelio según San Juan 10, 11-18

(Para nosotros, mujeres y hombres del siglo XXI, la imagen del pastor y su rebaño puede sernos comprensible desde lo racional; sin embargo, se vuelve dificultosa y hasta extraña si ahondamos desde un plano vivencial, existencial.

Por ello mismo quizás sea mejor sumergirnos en estas verdades desde lo evidente y desde el sentido común -aunque este sea, como dicen, el menos común de los sentidos-.
¿Porqué la imagen de rebaño y pastor? Es porque el Maestro se valía de lo que la gente vivía a diario y conocía para enseñar las cosas de su Padre y revelar las verdades del Reino, y es una consigna que solemos dejar de lado. Nos aferramos a demasiadas abstracciones, y hemos de recuperar un mensaje que es Buena Noticia y profecía a partir de lo que el hombre común vive en su cotidianeidad.

La Palabra hoy está signada y definida no tanto desde el rebaño, sino más bien desde las actitudes y virtudes del Pastor, y procede una rumia silenciosa y atenta para no equivocarse: la idea del acento en un rebaño pasivamente dócil, sin iniciativa ni libertad se nos hace ajena a la Buena Noticia.
Pero este rebaño tiene un carácter muy especial, conferido desde las extrañas actitudes del pastor.

Este pastor no tiene pretensiones de ser dueño de las ovejas, no se erige por sobre ellas en vanas jerarquías y no busca salario alguno: su único interés es el bien del rebaño entero y de cada oveja en particular.

Es un pastor que conoce a todas y cada una de sus ovejas en profundidad, desde su singularidad y su identidad -aunque todas, entre la multitud, parezcan todas iguales-.
Vá por delante de ellas asumiendo de antemano cualquier riesgo que presente el camino.
Así como Él las conoce, las ovejas lo conocen a Él y reconocen su voz: las ovejas se descubren reconocidas desde el amor y no desde una posición de poder y posesión.

Este Pastor Bueno no tiene por cayado una vara que golpea a las ovejas para que enderecen su rumbo, arrastrándolas a la fuerza desde el cuello.
Su cayado es una cruz, y esa misma cruz es la que define el carácter primordial del rebaño, un rebaño que se constituye desde el amor, el sacrificio por los demás, el desinterés y el conocimiento y re-conocimiento del otro.

Sólo desde el amor mayor definido en esa cruz podemos descubrirnos rebaño manso que camina tras los pasos de Aquel que vá por delante de todos, abriendo caminos de liberación y vida en abundancia)

Paz y Bien

2 comentarios:

Edit dijo...

"Un rebaño que se constituye desde el amor, el sacrificio por los demás, el desinterés y el conocimiento y re-conocimiento del otro."
El Padre Francisco en su meditación nos enseñó que los pastores de la Iglesia deben actuar de ese modo. Y nos remarcó que no solo son pastores los sacerdotes y obispos, también lo son los matrimonios y jefes y jefas de familia.
Todos los confirmados somos pastores.
Ese es un llamado para todos. Seamos capaces de cuidar a nuestro rebaño, a nuestros seres queridos, guiándolos con amor hacia el Padre.
Siempre es un placer visitar tu sitio.
Te dejo mi cariño. Feliz comienzo de semana.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Un abrazo grande, Edit
Paz y Bien
Rioardo

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